Por Juan Cruz Vicentini
La persecución por fe se refiere a la presión y/o violencia que se ejerce sobre personas y comunidades basadas en sus creencias religiosas.
La persecución de cristianos es cualquier hostilidad experimentada por parte del mundo como resultado de la identificación de una persona como cristiana. Desde el acoso verbal hasta sentimientos, actitudes y acciones hostiles, los cristianos de zonas con severas restricciones religiosas pagan un alto precio por su fe.
La situación de los cristianos en el mundo continúa deteriorándose y las persecuciones se intensifican. Más de 365 millones de cristianos enfrentan altos niveles de discriminación debido a su fe. Es decir, uno de cada siete cristianos, según el informe de la Lista Mundial de la Persecución 2024 que presentó el 16 de enero de 2024 la organización Puertas Abiertas. En el último período reportado (octubre de 2022 a septiembre de 2023), hubo 4998 cristianos asesinados en todo el mundo, 4125 fueron detenidos, y a 295 120 se les obligó a huir de su hogar o país. Además, 14 766 iglesias y propiedades cristianas fueron atacadas. Según el informe, Corea del Norte volvió a encabezar el ranking negativo de persecución más severa.
Cristianos perseguidos en África
La persecución de cristianos en África ha alcanzado niveles preocupantes, según los informes recopilados. Cinco de los diez países más peligrosos para los cristianos a nivel mundial se encuentran en este continente: Somalia, Eritrea, Libia, Nigeria y Sudán.
La característica más destacada de esta persecución es la violencia. En la mayoría de estos países, la opresión islámica es el principal factor detrás de la persecución. Grupos extremistas como Al-Shabaab en Somalia y los militantes fulani, Boko Haram y la Provincia de África Occidental del Estado Islámico (ISWAP) en Nigeria, llevan a cabo ataques brutales contra comunidades cristianas. Estos ataques incluyen asesinatos, mutilaciones, violaciones y secuestros, con el objetivo de convertir a las víctimas o utilizarlas como esclavas sexuales.
Según el informe de la organización “Mártires cristianos de Nigeria” Más de 50.000 cristianos fueron asesinados en Nigeria en los últimos 14 años. Alrededor de 5 millones de cristianos han sido forzados a migrar y obligados a vivir en campamentos de desplazados internos dentro de Nigeria, y en campamentos de refugiados en las fronteras regionales y subregionales.
Pero la persecución no se limita a la violencia. En países como Eritrea, el gobierno autoritario mantiene cerradas las iglesias desde hace 20 años, permitiendo solo tres denominaciones cristianas oficiales que son constantemente vigiladas. Cualquier otra práctica religiosa es castigada con detenciones arbitrarias.
En África del Norte, la persecución se ha expresado en inseguridad, arrestos y desplazamiento. En 2023, el gobierno de Argelia intensificó el cierre de iglesias protestantes.
Libia adelantó arrestos de seguidores de Cristo, especialmente exmusulmanes, y deportaciones de aquellos que fueran extranjeros. Los cristianos inmigrantes que allí se encontraban, provenientes de África Subsahariana y Egipto, enfrentaron arrestos arbitrarios y se volvieron especialmente vulnerables a la trata de personas, a abusos y a extorsiones debido a su fe.
En Túnez, la tendencia autoritaria del presidente Kais Saied ha empeorado la situación para los cristianos, especialmente tras un discurso con connotaciones racistas que incitó a la discriminación contra ese grupo. Esto resultó en pérdida de empleos y emigración forzada.
Cristianos perseguidos en Asia
La persecución de cristianos en Asia es un fenómeno preocupante que afecta a diversas comunidades en la región. Asia es un continente diverso con una amplia gama de contextos políticos, sociales y religiosos, lo que contribuye a diferentes formas de persecución contra los cristianos en varios países. El continente asiático tiene la mayor proporción de cristianos perseguidos: 2 de cada 5 no pueden practicar su religión pacíficamente.
Según informes, la persecución hacia los cristianos en Asia ha sido especialmente intensa en naciones como China, India, Pakistán y Afganistán, donde los seguidores de la religión mayoritaria (hinduismo o budismo) son considerados ciudadanos de primera clase, mientras que los derechos de los cristianos se ven gravemente limitados.
Durante dos décadas, Corea del Norte ha sido clasificada como la nación más peligrosa para los cristianos en la Lista Mundial de la Persecución. Desde entonces, ha ocupado el primer lugar, excepto en 2022, cuando fue superada por Afganistán.Ser descubierto como cristiano en Corea del Norte es una sentencia de muerte. Los creyentes son asesinados en el acto, al igual que sus familiares. Si no, son deportados a campos de trabajo forzosos como criminales políticos, donde les espera una vida de durísimo trabajo constante a la que pocos sobreviven. Se estima que hay decenas de miles de cristianos recluidos en campos de trabajo por todo el país.
La persecución de cristianos en la India ha alcanzado niveles alarmantes en los últimos años. Según informes, al menos 127 ataques contra cristianos han sido registrados en la India en lo que va de año, lo que refleja una violencia sistemática y cuidadosamente orquestada contra los cristianos. El ascenso del nacionalismo hindú en la política india ha exacerbado las tensiones religiosas y ha llevado a un aumento en los ataques contra cristianos y otras minorías religiosas en el país.
Cada vez son más los Estados que aplican leyes anti conversión, creando un entorno en el que cualquier cristiano que comparta su fe puede ser acusado de delito, intimidado, acosado e incluso objeto de violencia. La India tiene así el récord de cristianos encarcelados en el mundo: de 4.125 cristianos encarcelados, actualmente tiene 2.332.
La persecución más evidente está en China que suele ocurrir en regiones donde el budismo o el islam son las religiones mayoritarias: cualquier persona que se convierte al cristianismo es vista como un traidor a su etnia y su familia. Estos creyentes pueden ser amenazados o incluso dañados, todo ello en un intento de persuadirlos de que regresen a la religión familiar.
La persecución es una realidad alarmante que ha sido intensificada por el gobierno comunista en los últimos años. Ya que el gobierno chino promueve un nacionalismo basado en la lealtad al Partido Comunista y al Estado, lo que puede llevar a la persecución de grupos religiosos que son percibidos como una amenaza a la ideología oficial.
Según los informes recopilados, se han registrado miles de cristianos afectados por el cierre de iglesias y otros abusos contra los derechos humanos. Bajo la dirección del presidente Xi Jinping, los funcionarios del Partido Comunista han impuesto controles estrictos sobre la religión, lo que ha llevado a una escalada diaria de persecución contra las iglesias cristianas y a sus seguidores. Esta persecución se manifiesta a través de la persecución, reformas educativas y numerosas violaciones de derechos, incluyendo la demolición de iglesias, detenciones arbitrarias de líderes religiosos y fieles, y la imposición de castigos desproporcionados a los mismos. Además, se han reportado desapariciones forzadas, lo que refleja un patrón preocupante de represión por parte de las autoridades chinas. La misma se ha intensificado significativamente, lo que plantea serias inquietudes sobre el futuro de la libertad religiosa en el país y la protección de los derechos de los cristianos y otras minorías religiosas.
Pakistán ocupa el puesto 7 en la lista mundial de persecución a cristianos. La persecución contra los cristianos en Pakistán es un tema de gran preocupación que ha sido documentado en el país. A pesar de que su constitución garantiza la libertad de religión, en la práctica, los cristianos enfrentan una situación de grave de discriminación y violencia.
Los grupos extremistas islámicos, como los talibanes y otros, han perpetrado ataques contra comunidades cristianas, motivados por una ideología radical que busca imponer la Sharía en Pakistán. Además, hay Leyes restrictivas como la Ley de Blasfemia de 1986, que castiga con la muerte o la prisión a aquellos que se consideren blasfemos, ha sido utilizada para perseguir a cristianos y otras minorías religiosas que se consideran ofensivos para la fe musulmana. A lo anterior se le suma que el gobierno pakistaní, a menudo, ha promovido un nacionalismo basado en la lealtad a la fe musulmana, lo que puede llevar a la persecución de grupos religiosos que son percibidos como una amenaza a la ideología oficial.
Afganistán se encuentra en el puesto 10 en la lista mundial de persecución a cristianos. Los cristianos enfrentan persecución por parte del gobierno talibán, de sus propios amigos, familias y comunidades. La opresión islámica, la opresión del clan, la paranoia dictatorial, la corrupción y el crimen organizado son los tipos de persecución a la que se enfrentan.
Sufren torturas y persecución, y las palizas, torturas y secuestros son una realidad cotidiana para ellos. Los cristianos conversos del islam son a menudo asesinados por parientes o por otros musulmanes radicales antes de que puedan ser descubiertos. La libertad religiosa en Afganistán es muy limitada, y los cristianos no pueden reunirse para adorar a Dios abiertamente ni evangelizar. La situación es muy peligrosa y complicada, y muchos de ellos han huido del país para poder vivir su fe abiertamente.
En resumen, La persecución de los cristianos está creciendo en muchas partes del mundo y puede manifestarse en diferentes formas, desde la opresión diaria discreta hasta la violencia más extrema. Esta situación es una cuestión de derechos humanos y debe ser condenada y combatida por la comunidad internacional. Los seguidores de Cristo deben estar atentos a la situación de los cristianos perseguidos y buscar formas de apoyarlos y denunciar la persecución.
Sin duda que estas formas de persecución violan los derechos humanos fundamentales, como el derecho a la vida, el derecho a la libertad de religión y la libertad de creencia, el derecho a la seguridad personal y la libertad de expresión. Es momento de que organismos internacionales de DDHH y Estados tomen cartas en el asunto para que los cristianos perseguidos puedan practicar su fe libremente sin ser atacados.
