La carrera (armamentística) por el espacio.

Por Eduardo Femenía

La carrera espacial por regresar a nuestro satélite se ha acelerado en los últimos años y una de las cuestiones clave es cómo pretenden establecer presencia allí. La NASA planea regresar en 2025 con la misión Artemis, mientras que China apunta a enviar a un “taikonauta” antes de 2030.

Sin embargo, esto no implica necesariamente una ventaja clara para Estados Unidos.

El Programa Chino de Exploración Lunar, conocido como Chang’e en honor a la diosa lunar, ha tenido éxito con la Chang’e 5 y planea continuar con las misiones Chang’e 6, 7 y 8 para 2025, 2026 y 2028 respectivamente.

Además de estudiar la superficie lunar, estas misiones enviarán materiales para establecer una futura base lunar china, según Wu Weiren, director científico de la Agencia Espacial China en una entrevista con China Daily.

Una base lunar con material lunar:

Los cohetes chinos son capaces de cargar con hasta unas 50 toneladas hasta la Luna. Pero es una cantidad insuficiente para toda una base lunar. Frente a este dilema es donde surge la impresión 3D.

“Si deseamos permanecer en la luna durante mucho tiempo, debemos establecer estaciones utilizando los propios materiales de la luna”, explica Weiren. El objetivo de China es iniciar la construcción de su base lunar antes incluso de pisarla, en un periodo máximo de 5 años.

Al realizar cortes en las rocas lunares y observar las muestras a través del microscopio, los científicos encontraron que las rocas de donde recuperaron el derivado del carbono, contienen, además de hierro y otros minerales lunares comunes: grafeno.

Una de las variantes más versátiles, al ser más resistente que el acero, pero tan ligero como el aluminio, el grafeno forma una lámina casi perfecta a nivel atómico capaz de ayudar en industrias como la espacial o la mecánica por propiedades como:

200 veces más resiente que el acero.
Flexibley elástico a la vez.
Transparente.
Alta capacidad conductiva eléctricay térmica.
Menor consumo de electricidad que el siliciopara la industria de la informática.
Buen futuro en la industria de supercondensadores.
Auto reparable.
Capaz de absorber residuos radiactivos.

Los científicos esperan que este hallazgo ayude a entender mejor el pasado y el presente geológico del satélite natural, así como su composición mineral. Pistas que resultarán importantes para futuras misiones a la Luna, así como cualquier posible explotación del suelo lunar.

La importancia del desarrollo bélico espacial

El representante republicano Mike Turner, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes de EE.UU., emitió un comunicado advirtiendo sobre “una grave amenaza a la seguridad nacional”:

“Solicito que el presidente Biden desclasifique toda la información relacionada con esta amenaza para que el Congreso, la Administración y nuestros aliados puedan discutir abiertamente las acciones necesarias para responder”, agregó Turner.

Sin embargo, tanto la Casa Blanca como el Pentágono minimizaron la urgencia de esta solicitud, aunque reconocieron que el avance ruso es motivo de preocupación. “Nos estamos tomando esta amenaza potencial muy, muy en serio”, dijo Kirby, agregando que las agencias de inteligencia de EE.UU. han estado monitoreando los esfuerzos de Moscú en capacidades anti satélite “basadas en el espacio” durante “muchos meses, sino años”.

“En las últimas semanas, la comunidad de inteligencia ha podido evaluar con mayor confianza cómo exactamente Rusia sigue avanzando”, dijo Kirby.

Rusia, por su parte, rechazó las acusaciones de EE.UU. sobre capacidades anti satélite como “fabricaciones maliciosas”. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, acusó a Washington de intentar manipular para obtener más fondos del Congreso.

Los funcionarios de defensa de EE.UU. reconocen que la nueva capacidad rusa lleva esas ambiciones un paso más allá. Kirby del Consejo de Seguridad Nacional informó a los periodistas en la Casa Blanca que la capacidad que el Kremlin está buscando “sería una violación del Tratado del Espacio Exterior, al que se han adherido más de 130 países, incluida Rusia”.

Este tratado, en vigor desde 1967, prohíbe a las naciones colocar en el espacio “cualquier objeto que lleve armas nucleares o cualquier otro tipo de armas de destrucción masiva” y prohíbe también la instalación de tales armas en cuerpos celestes.

El portavoz Kirby indicó que la Casa Blanca planea mantener clasificada la mayoría de la información mientras colabora con sus aliados. Estados Unidos ha contactado a Moscú respecto a los esfuerzos de Rusia en capacidades anti satélite, aunque aún no han comenzado conversaciones formales.

El legislador estadounidense, tras recibir informes de altos funcionarios de la Casa Blanca, el Pentágono y de inteligencia, expresó satisfacción por el enfoque actual de Estados Unidos. Sin embargo, funcionarios advirtieron sobre posibles consecuencias debido a la decisión del legislador de hacer públicas sus preocupaciones, mencionando la posible exposición de fuentes y métodos de inteligencia, un tema que se está analizando actualmente.

La competencia por el dominio lunar y la carrera armamentística espacial están intensificándose rápidamente entre potencias como Estados Unidos y China.

Ambos países están enfocados en establecer una presencia sostenible en la Luna, no solo para la exploración científica, sino también para posibles ventajas estratégicas y militares.

Esta competencia no solo implica logros tecnológicos y científicos, sino también preocupaciones sobre la militarización del espacio. Las capacidades anti satélite y el desarrollo de tecnologías avanzadas, como el uso del grafeno para aplicaciones espaciales, destacan la importancia estratégica de la Luna en el ámbito militar.