Por Guadalupe Funes
La Agenda 2030 ha emergido como un marco global fundamental que busca transformar el mundo en un lugar más sostenible y equitativo. Pero, ¿es esta agenda simplemente un ejercicio político, o realmente tiene potencial de remodelar el panorama del comercio internacional?. En un momento en el que las economías del mundo están entrelazadas, sus efectos se sienten desde los gigantes económicos hasta las naciones en desarrollo.
Este artículo se sumerge en la intersección entre la política y el comercio, explorando cómo los Objetivos de Desarrollo Sostenible pueden tener influencia en las estrategias comerciales y como es el panorama en relación con Argentina y la Agenda 2030.
¿Qué es la Agenda 2030? ¿Política o Revolución Comercial?
La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, fue adoptada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el 25 de septiembre de 2015. Surge como un plan de acción a favor de las personas, el planeta y la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y el acceso a la justicia.
Esta Agenda, es un marco global que contiene 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y 169 metas específicas para el año 2030. Estos objetivos buscan abordar los principales desafíos que enfrenta el mundo, entre los cuales, están la pobreza, la salud y el bienestar, educación, igualdad de género, cambio climático, entre otras.
La agenda es una estrategia global y un llamado a la acción para que los gobiernos, empresas y la sociedad civil trabajen en conjunto para crear un mundo más sostenible, equitativo y justo para las generaciones futuras. Implica un compromiso común y universal, no obstante, puesto que cada país enfrenta retos específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica y cada uno fijará sus propias metas nacionales, apegándose a los ODS (dispone el texto aprobado por la Asamblea General).
Más allá de ser un marco político, la Agenda 2030 representa una revolución comercial en potencia. Al integrar criterios de sostenibilidad y responsabilidad social en el comercio internacional, plantea preguntas fundamentales: ¿Está realmente cambiando la forma en la que se hacen negocios a nivel global? ¿Quienes se benefician y quienes se verán afectados?. Entonces podemos decir que esta agenda no es solo una cuestión política, sino una fuerza transformadora que podría redefinir las reglas del comercio en el siglo XXI.
El nuevo horizonte del comercio global
La Agenda 2030 y los ODS, tiene un profundo impacto en el comercio internacional, ya que, establecen un marco que promueve la sostenibilidad, inclusión y equidad.
Dentro de las principales maneras en las que estas afectan al comercio internacional, se encuentra, en primer lugar la incorporación de prácticas sostenibles. Los ODS promueven prácticas comerciales que obligan a empresas y países a adoptar estándares ambientales y sociales más altos, incluyendo la reducción de la contaminación, la mejora de las condiciones laborales y la promoción de productos y servicios sostenibles.
Por otro lado, la creciente demanda de bienes y servicios sostenibles impulsada por la agenda crea nuevas oportunidades de mercado. Los productos ecológicos o responsables socialmente (energías limpias, tecnología sostenible, productos orgánicos). tienen una mayor aceptación en el mercado internacional. Esto se alinea con los ODS 7 (Energía asequible y no contaminante), que impulsa el comercio de tecnologías limpias y el ODS 13 (acción por el clima), que fomenta el desarrollo de bienes y servicios que mitiguen el cambio climático.
Los acuerdos comerciales internacionales están comenzando a incorporar cláusulas relacionadas con la protección ambiental, el respeto a los derechos humanos y las condiciones laborales justas, alineándose con los ODS. Entre estos se encuentran cláusulas ambientales y sociales, que exigen a los países cumplir con ciertos estándares antes de que se les otorguen preferencias arancelarias, y por otro lado, existen mecanismos de resolución de disputas que aseguran que el comercio no socave los compromisos internacionales en términos de sostenibilidad.
Esto implica que los países y empresas que no se ajusten a estas normas pueden verse excluidos de acuerdos comerciales favorables.
En síntesis, la Agenda 2030 afecta al comercio internacional al fomentar una economía sostenible, inclusiva y equitativa. Exige a los países y empresas adaptarse a normas de sostenibilidad y responsabilidad social, abriendo nuevas oportunidades de mercado para bienes y servicios sostenibles, al mismo tiempo que plantea desafíos en términos de regulación, estándares ambientales y participación inclusiva en el comercio internacional .
Argentina, rechazo a la agenda 2030
En cuanto a Argentina, el presidente Javier Milei ha sido muy claro en su postura crítica frente a la Agenda 2030 de la ONU. Para Milei, esta agenda representa una imposición a lo que él llama “marxismo cultural” y una herramienta de control globalista. Su principal crítica radica en que, según su perspectiva, la Agenda 2030 promueve intervenciones estatales y regulaciones que limitan las libertades individuales y económicas.
Además, Milei sostiene que la ONU y demás organizaciones internacionales buscan imponer una agenda ideológica global que amenaza la soberanía de los países, especialmente en temas de sostenibilidad, cambio climático y justicia social.
Efectos de la postura de Javier Milei en Argentina
Si Argentina bajo el mandato de Milei rechaza la Agenda 2030, el país podría desvincularse de compromisos internacionales en áreas de desarrollo sostenible, igualdad de género y la lucha contra el cambio climático. Lo cual podría significar una reducción en la cooperación internacional y en la financiación de proyectos sociales y ambientales.
El rechazo a la agenda y la crítica a las Naciones Unidas podría afectar las relaciones diplomáticas de Argentina con otras naciones y organismos internacionales. El país podría ver reducido su acceso a programas de asistencia técnica. cooperación internacional y préstamos preferenciales asociados a las metas de desarrollo sostenible.
Por otro lado, si bien Javier Milei es criticó también del FMI, el organismo con el que Argentina tiene una larga relación debido a su deuda externa, es probable que su enfoque busque renegociar los términos o incluso eliminar la dependencia de estas entidades financieras. Esto destaca la incertidumbre económica a corto plazo, aunque el presidente argumenta que su enfoque de reducción del gasto público y eliminación del déficit pondría a Argentina en un camino de crecimiento a largo plazo.
En conclusión, mientras la Agenda 2030 busca transformar el comercio internacional hacia modelos más sostenibles y responsables, integrando estándares ambientales y sociales. Esta iniciativa tiene el potencial de redefinir las reglas del comercio y abrir nuevas oportunidades en sectores ecológicos. Sin embargo también plantea desafíos para aquellos países que no se alinean con sus objetivos, lo que podría resultar en barreras comerciales y exclusiones en acuerdos internacionales.
Así, la Agenda 2030 impulsa una transición hacia un desarrollo más equitativo y responsable.
Referencias:
- “Javier Milei criticó a la ONU, confirmó el rechazo a la Agenda 2030 y cargó contra el FMI”- https://www.youtube.com/watch?v=-QhTdiSg_IE&ab_channel=LaVoz
- Naciones Unidas, “Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible” https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/2015/09/la-asamblea-general-adopta-la-agenda-2030-para-el-desarrollo-sostenible/
- Naciones Unidas. (2015). Transforming our world: the 2030 Agenda for Sustainable Development. Naciones Unidas.