
Por García Torres Valentina
La minería argentina vivió un momento clave con la celebración de Arminera 2025, la principal feria del sector en el país, que reunió a más de 300 expositores, 20.000 metros cuadrados de superficie de exhibición y la participación de 12 provincias productoras, representantes del federalismo, y 15 delegaciones internacionales. El evento, celebrado en La Rural, fue presentado por sus organizadores como un espacio de articulación federal, pero también dejó entrever tensiones estructurales, como las diferencias en el reparto de la renta minera, las expectativas de las provincias frente a la política nacional y la falta de infraestructura adecuada, que cuestionan el modelo de desarrollo minero que se proyecta para el futuro.
En el marco de una transición energética global, Argentina se perfila como una pieza clave por sus recursos de litio, cobre y oro. Sin embargo, las provincias productoras insisten en que sin infraestructura ni reglas claras, el potencial puede volverse promesa vacía.
Voces provinciales y el federalismo
Las distintas jurisdicciones presentaron sus proyectos y perspectivas en mesas como la del Litio (Jujuy, Salta, Catamarca) y la del Cobre (San Juan, Salta, Jujuy, Catamarca, Mendoza). Aunque el tono general fue optimista, muchas provincias no dudaron en manifestar su preocupación por la falta de inversión en infraestructura. “Es muy difícil hablar de desarrollo cuando no tenemos garantizada una red ferroviaria que conecte nuestros proyectos con los puertos exportadores”, declaró el ministro de Producción y Desarrollo Sustentable de Salta, Martín de los Ríos.
A esto se sumó el pedido unánime de contar con una política de Estado que trascienda los vaivenes de la coyuntura. Algunas voces advirtieron que, si bien el interés internacional por el litio y el cobre es real, sin garantías jurídicas y fiscales claras, el atractivo puede diluirse rápidamente.
Las oportunidades: federalismo, recursos y posicionamiento internacional
En contraste con el escepticismo estructural, el potencial mineral de Argentina atrajo a más de 15 delegaciones internacionales interesadas en oportunidades de inversión. Según datos oficiales, provincias como Río Negro reportan 54 proyectos activos, mientras San Juan y Catamarca avanzan con importantes emprendimientos de cobre y litio.
Este escenario posiciona al país en un lugar estratégico dentro de la matriz de transición energética global. El litio, fundamental para baterías, y el cobre, esencial para la electrificación, convierten a la minería argentina en un recurso codiciado. La clave, sin embargo, está en traducir el interés en inversiones concretas que promuevan el desarrollo local y nacional.
Un modelo en disputa: sostenibilidad, rentabilidad y autonomía
Los discursos provinciales también pusieron sobre la mesa la necesidad de debatir el modelo de minería que se impulsa. La discusión sobre si apostar a una minería meramente extractiva o una que incorpore valor agregado en origen es una disputa abierta. Provincias como San Juan, por ejemplo, han iniciado debates públicos sobre la posibilidad de procesar minerales localmente antes de su exportación. También lo es el debate sobre sostenibilidad: mientras algunas provincias mostraron avances en certificaciones ambientales y monitoreo participativo, otras siguen sin contar con marcos regulatorios adecuados.
La teoría del federalismo fiscal resulta pertinente para analizar la tensión entre nación y provincias. Esta teoría sostiene que las jurisdicciones subnacionales deben tener autonomía fiscal suficiente para financiar sus funciones y recibir una porción justa de los recursos generados localmente. ¿Qué porcentaje de la renta minera queda en las zonas productoras? ¿Cómo se redistribuyen los recursos? Estas preguntas vuelven a escena en cada Arminera, y siguen sin respuestas satisfactorias.: ¿Qué porcentaje de la renta minera queda en las zonas productoras? ¿Cómo se redistribuyen los recursos? Estas preguntas vuelven a escena en cada Arminera, y siguen sin respuestas satisfactorias.
Entre la promesa y el camino
Arminera 2025 mostró el entusiasmo del sector minero y el interés internacional en los recursos argentinos. Delegaciones de países como Canadá, Australia y China expresaron su interés en proyectos de inversión, consolidando a Argentina como un actor clave en el mapa minero global. También dejó al descubierto las fisuras de un federalismo minero que aún no logra articularse como política de Estado. La minería puede ser una oportunidad histórica para Argentina, pero requiere decisiones valientes, diálogo interjurisdiccional y una visión de largo plazo.
Si el Estado nacional y las provincias logran construir consensos, garantizar seguridad jurídica y promover infraestructura, el potencial podrá transformarse en desarrollo real. Caso contrario, Arminera seguirá siendo una gran vidriera sin traducción concreta para las economías regionales y el país en su conjunto.