Por Juan Cruz Vicentini
La Cuarta Revolución Industrial, también conocida como Industria 4.0, es un concepto que describe una nueva etapa en la transformación industrial caracterizada por la integración de tecnologías avanzadas en los procesos de producción y en la vida cotidiana. Este término fue acuñado por Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, en 2011.
China ha emergido como un líder indiscutible en la Cuarta Revolución Industrial, un fenómeno que se caracteriza por la integración de tecnologías avanzadas como la inteligencia artificial (IA), el Internet de las cosas (IoT), y la biotecnología en los procesos industriales y económicos. Este avance no solo ha transformado su economía, sino que también ha alterado el equilibrio de poder a nivel global, desafiando la hegemonía de Occidente, particularmente de Estados Unidos.
Características principales de la cuarta revolución industrial
- Conectividad y digitalización: La Industria 4.0 se basa en la interconexión de máquinas, sistemas y personas a través del Internet de las Cosas (IoT) y la computación en la nube. Esto permite que los dispositivos se comuniquen entre sí y con los humanos en tiempo real, facilitando un flujo constante de información y una mejor toma de decisiones.
- Automatización avanzada: La automatización en esta era no solo abarca procesos mecánicos, sino que incluye el uso de inteligencia artificial (IA)y robótica para realizar tareas complejas y repetitivas. Esto libera a los trabajadores de tareas peligrosas o monótonas, permitiéndoles enfocarse en actividades más creativas y estratégicas.
- Análisis de datos masivos: El uso del Big Data permite a las empresas recopilar, almacenar y analizar grandes volúmenes de datos. Esta capacidad analítica ayuda a optimizar procesos, predecir tendencias de mercado y mejorar la calidad del producto.
- Fábricas inteligentes: estas son un concepto central en la Industria 4.0, donde los sistemas ciberfísicos controlan los procesos productivos. Estas fábricas utilizan sensores y software avanzado para monitorear y ajustar operaciones en tiempo real, lo que resulta en una producción más eficiente.
- Interacción humano-máquina: se ve facilitada por tecnologías como la realidad aumentada (AR) y los chatbots, que mejoran la colaboración y la comunicación dentro del entorno laboral.
Dominio en Tecnología y Educación
China ha invertido significativamente en tecnologías emergentes, proyectándose como el mayor inversor en IA del mundo, con expectativas de alcanzar más de 38,000 millones de dólares en 2027, lo que representa cerca del 9% del total mundial. En las últimas décadas, China ha incrementado significativamente su inversión en investigación y desarrollo (I+D), enfocándose en áreas críticas como inteligencia artificial, biotecnología, semiconductores y computación cuántica. Esto ha permitido al país posicionarse como un competidor serio frente a Estados Unidos en la carrera tecnológica global.
Con respecto a la educación, el país asiático ha realizado reformas sustanciales en su sistema educativo, enfocándose en la formación en ciencia y tecnología. Esto incluye la creación de universidades de investigación de clase mundial y programas de formación técnica que preparan a una fuerza laboral altamente calificada para satisfacer las demandas de su economía en crecimiento
La nación cuenta con una impresionante cantidad de graduados en ciencias e ingeniería, alcanzando casi 3.6 millones en 2020, lo que supera ampliamente a otros países como India y Estados Unidos. Esta base educativa sólida, combinada con un mercado interno masivo y abierto a la tecnología, ha permitido a China manejar grandes volúmenes de datos y experimentar con nuevas aplicaciones tecnológicas.
Estrategias Estatales y Empresariales
El gobierno chino ha adoptado un enfoque proactivo en la promoción de la innovación tecnológica. A diferencia de los modelos occidentales, donde las empresas privadas suelen liderar el desarrollo tecnológico, en China, el Estado juega un papel crucial como impulsor de la investigación y el desarrollo. Esto ha permitido a empresas como Huawei liderar el despliegue de redes 5G a nivel global, a pesar de las restricciones impuestas por Estados Unidos.
Además, el modelo chino se basa en la creación de un ecosistema donde la innovación es incentivada y premiada. La posibilidad de que los emprendedores se conviertan en multimillonarios al lanzar nuevas tecnologías ha fomentado un ambiente de competencia y creatividad que ha sido fundamental para su éxito en la Cuarta Revolución Industrial.
Programas como “Hecho en China 2025” han sido implementados para reducir la dependencia de tecnología extranjera y fomentar la autosuficiencia en sectores clave.
Impacto Global y Tensión con Occidente
El ascenso de China en esta nueva era industrial ha generado tensiones significativas con Estados Unidos. La administración estadounidense ha implementado restricciones a las inversiones en sectores clave como semiconductores e inteligencia artificial, argumentando que estas tecnologías son esenciales para la seguridad nacional y el desarrollo militar. Este conflicto refleja una lucha más amplia por el dominio tecnológico y económico, donde la capacidad de controlar y aplicar tecnologías avanzadas se convierte en un factor determinante en la geopolítica contemporánea.
China ha invertido fuertemente en IA, con empresas como Alibaba y Tencent liderando la innovación. La capacidad de China para recopilar y analizar grandes volúmenes de datos le otorga una ventaja en el desarrollo de aplicaciones de IA.
China busca alcanzar la autosuficiencia en la producción de semiconductores, considerados el “petróleo del siglo XXI”. A pesar de sus esfuerzos, el país aún depende de tecnologías y componentes extranjeros, especialmente de Estados Unidos, lo que ha llevado a tensiones y restricciones en el acceso a tecnología avanzada.
La carrera tecnológica entre China y Estados Unidos es un aspecto crucial de la competencia geopolítica actual. Ambos países están invirtiendo significativamente en tecnologías emergentes, pero enfrentan desafíos únicos. Mientras que EE. UU. Se beneficia de su liderazgo en diseño y desarrollo, China está aumentando su capacidad de producción y aprovechando su vasta cantidad de datos. La dinámica de esta competencia seguirá evolucionando, con implicaciones significativas para el futuro del comercio y la seguridad global. En clave de competencia, notaremos si las tensiones entre China y Estados Unidos continúan o llegan a un acuerdo. De no acordar, estaremos frente a una especie de G2 tecnológico con alineamientos hacia un polo de poder o hacia el otro.
En conclusión, China se ha posicionado como un líder global en la Cuarta Revolución Industrial, aprovechando sus fortalezas en IA, robótica e IoT. Si bien enfrenta desafíos, el país también ve oportunidades para mejorar la competitividad económica y la calidad de vida de sus ciudadanos. A medida que China continúa invirtiendo en investigación y desarrollo, es probable que siga desempeñando un papel clave en la configuración de la próxima era tecnológica.