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Crisis asiática: ¿Fracaso de las economías emergentes?

Por Carolina Riera

En el artículo anterior titulado: Crisis asiática : ¿Hacia un efecto dominó? Se analizó cómo la pandemia de covid-19 y la Guerra de Ucrania, han llevado al desencadenamiento de una crisis generalizada en varias economías asiáticas, que se caracteriza por un déficit en la balanza comercial, altos niveles de inflación, escasez de productos básicos y combustibles, y un creciente nivel de deuda externa, que deja a estas economías al borde del default.

No obstante, estos fenómenos del escenario internacional, no constituyen la única fuente explicativa de porque estos países llegaron a dicho entorno crítico. Por el contrario, el origen del problema se encuentra en la estructura política e institucional de los estados.

Siendo el objetivo analizar y comprender los factores endógenos presentes en las realidades domésticas y como los mismos determinan el desarrollo económico de los países, se retomará la corriente de la Economía Política,  con base en los postulados del libro “¿Por qué fracasan los países?”  escrito por Daron Acemoglu y James A. Robinson , para evaluar el contexto interno de 4 estados asiáticos, cuya situación actualmente es más que adversa. Estos son Sri Lanka, Pakistán, Bangladés, y Laos.

crisis

La importancia de las instituciones

Acemoglu y Robinson (2012), postulan, desde un enfoque institucionalista, qué gran parte de los impedimentos y limitaciones económicas a las cuales se enfrentan los países tienen su origen en la manera en la que el poder político es ejercido. Esto implica que debemos preguntarnos si estamos ante estados democráticos donde existe una clara división de poderes y ajuste de cuentas, o frente a estados cooptados por una élite que cuenta con el monopolio del poder político.

Por lo tanto, la estructura institucional es el núcleo de su análisis, ya que de ella parten los diferentes incentivos que genera el estado, tanto para las empresas, individuos y políticos. De este modo, Acemoglu y Robinson afirman que es el proceso político lo que determina bajo qué instituciones económicas una sociedad vivirá y son las instituciones políticas las que determinan cómo funcionará ese proceso, precediendo entonces lo político a lo económico.

No obstante, argumentan que estas instituciones políticas y económicas se encuentran en una relación constante de interdependencia, y la clave para entender la pobreza o prosperidad de un país se encuentra en entender cómo las mismas interactúan entre sí.

 

¿Por qué fracasaron estos países?

Como se mencionó anteriormente, el modo en el que el poder político es ejercido constituye un aspecto vital para poder comprender la situación actual de un país. En nuestros casos de estudio, podemos encontrar la clara presencia de una élite, es decir, un grupo que ostenta el control y monopolio del poder político del estado. La misma puede  corresponder a un partido político que ha llegado fraudulentamente al poder, como Bangladés (Liga Awami AL), un partido único, como en Laos (Partido Revolucionario del Pueblo Lao, LPRP) , a una familia, como los Rajapaksa en Sri Lanka, o al ejército, como es el caso de Pakistán.

Sin embargo, pese a estas diferencias, todos cuentan con las mismas características:  son un grupo privilegiado que utiliza las instituciones políticas y económicas con el objetivo de extraer las rentas y la riqueza del país, algo que se ve claramente reflejado en los altísimos niveles de corrupción, fenómeno que ya se encuentra intrínseco en el seno de todas estas sociedades.

Por ejemplo, en Laos, los proyectos de inversión y desarrollo del gobierno, financiados con dinero extranjero (principalmente chino) para la construcción de carreteras y puentes, son la mayor fuente de sobornos generalizados,  y el comercio ilegal de recursos naturales, sobre todo la madera, es una de las más importantes actividades económicas del país. (Gerin, 2022)

Esto, a su vez, se ve reforzado por el capitalismo clientelista (crony capitalism en inglés), término que se remonta a la crisis financiera asiática de 1997, cuando este también llamado “capitalismo de los compinches” llevó al borde del colapso a varias economías de Asia oriental que contaban con altos índices de rendimiento (Saidi, 2021). Básicamente, el mismo  consiste en un sistema económico donde los familiares y amigos de funcionarios gubernamentales y líderes empresariales reciben ventajas injustas en forma de empleos, préstamos, etc (Cambridge Dictionary). Algunas ejemplificaciones de ello son el sistema proteccionista de autorizaciones especiales para la importación en Pakistán y el progresivo aumento de las exenciones fiscales para ciertas corporaciones en el caso de Sri Lanka.

Por ende, estas dinámicas han contribuido en gran medida a debilitar prácticamente todas las instituciones económicas, incluidas las sociales y políticas; con el efecto resultante de socavar la equidad , la eficiencia y la transparencia. Asimismo, la crisis de deuda, mencionada en el artículo anterior, no hubiera sido tan grave si dicha deuda externa hubiera sido canalizada adecuadamente hacia actividades económicas productivas, acompañada de una buena gestión de los recursos (Saenchai, Boonrattanakittibhumi, Urairak, 2019).

Es así, como la falta de un sistema sólido de rendición de cuentas (Accountability) y un sistema judicial independiente e imparcial, es uno de los principales obstáculos para el desarrollo de estos estados. No obstante, conscientes, de que un fortalecimiento de estas instituciones podría hacer peligrar su posición política y económica, las élites de los 4 países han buscado evitar mediante distintas estrategias dicha consolidación. En algunas ocasiones, las mismas han tenido un carácter formal-legal, como la enmienda constitucional en Sri Lanka, donde  el parlamento en octubre de 2020 voto por restringir la independencia de instituciones críticas como la oficina nacional de auditoría y la comisión anticorrupción, otorgando al mismo tiempo, poderes extraordinarios a Rajapaksa (Kuruwuita, 2022).

Otra vía ha sido el silenciamiento de las diferentes voces disidentes que claman por un sistema político y económico funcional y transparente . Esto no solamente ha implicado un hostigamiento constante a la oposición política, sino que se extiende hasta afectar los mismos derechos civiles y políticos de las sociedades, los cuales en repetidas ocasiones han sido restringidos por el estado y violados por las fuerzas de seguridad, que hacen un uso indiscriminado o extralegal de la fuerza con total impunidad.

Es así como la intimidación a medios críticos, periodistas y la sociedad civil en general se está convirtiendo en moneda corriente en estos países, generando un ambiente de autocensura que dificulta la organización y  formación de alianzas por fuera de los gobiernos que puedan hacer frente a los mismos, exigiendo un cambio y rendición de cuentas. La presencia de una sociedad civil con derechos políticos consolidados constituye un elemento fundamental para el progreso y desarrollo, según Acemoglu y Robinson,  ya que la misma puede a su vez utilizar estas capacidades para ampliar sus oportunidades económicas.

Finalmente, para que un país sea exitoso, es crucial que el mismo cuente con instituciones económicas y políticas inclusivas, que garanticen la seguridad de la propiedad privada  y servicios públicos que proporcionen igualdad de condiciones y oportunidades económicas para la mayor parte de la sociedad.

Como pudimos analizar, esta condición fundamental para el crecimiento claramente no se está cumpliendo, ya que los estados se caracterizan por contar con instituciones económicas extractivas a cargo de una élite que mediante la corrupción, la represión y el debilitamiento de los mecanismos de rendición de cuentas busca obtener el máximo provecho de las riquezas de estos estados, sin preocuparse realmente por lograr y conseguir un verdadero crecimiento económico que se extienda a toda la sociedad en su  conjunto . Por lo tanto, la situación constituye una representación del clásico dilema del prisionero: lo que es de interés para la economía o la sociedad en su conjunto puede no ser de interés para estos jugadores individuales. (Saidi, 2021)

 

 

País Puesto en el índice de percepción de la corrupción

(2022)

Puntaje en el índice de libertad de Freedom House (2022) Puntaje en el índice de seguridad jurídica de World Justice Project (2021)
Sri Lanka 102 de 180 55/100 76/139
Laos 128 de 180 13/100
Pakistán 140 de 180 37/100 130/139
Bangladés 147 de 180 39/100 124/139

 

Conclusión

Como pudimos analizar, los requisitos para el desarrollo y la prosperidad de los estados  no se manifiestan en las realidades políticas, sociales y económicas de estos países ticos.

Si bien es cierto que el escenario internacional tiene un gran impacto en el desempeño económico y político de los mismos, y una cadena de crisis como la experimentada en los últimos dos años puede agravar la cuestión, es erróneo afirmar que la situación actual de estos países asiáticos solo se debe a dichos fenómenos externos. Los factores domésticos políticos anteriormente mencionados tienen una gran influencia en el progreso de los acontecimientos.

Mientras continúen persistiendo estas élites en el poder, las instituciones económicas extractivas y el capitalismo clientelista, será muy difícil que realmente  los países asiáticos logren un verdadero crecimiento económico sostenible en el tiempo. De no ser por el Covid 19 y la Guerra de Ucrania, es seguro que otros sucesos futuros hubieran funcionado como detonantes de la actual crisis asiática, porque el problema ya se encuentra intrínseco en la estructura misma de los países.

 

Bibliografía

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