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Cuba: ¿Llegó el fin de la dinastía castrista?

El 19 de abril la Asamblea Nacional cubana eligió de entre sus miembros al sucesor de Raúl Castro: el seleccionado ha sido el vicepresidente Miguel Díaz-Canel. Por primera vez un miembro de la familia Castro dejará de estar al mando del país desde el triunfo de la Revolución cubana de 1959. En un mundo globalizado donde los jóvenes cubanos se encuentran más en sintonía con los ideales de consumismo que de la Revolución, ¿cuáles son las perspectivas domésticas e internacionales de la isla? ¿Qué le puede deparar el futuro al Partido Comunista cubano?

Más de lo mismo: el panorama interno cubano

En el sistema electoral cubano los ciudadanos son llamados a ratificar una lista de diputados de la Asamblea Nacional previamente preseleccionada a nivel municipal y aprobada por la Comisión Nacional de Candidaturas. El único que puede participar en dichas elecciones es el Partido Comunista de Cuba (PCC).

Las divisiones dentro del PCC son sumamente profundas. Cuando Raúl Castro asumió formalmente en el año 2009, removió a los aliados más cercanos de Fidel (quien en ese entonces tenía una salud bastante deteriorada) de sus puestos. Esto generó brechas entre raulistas y fidelistas. Las discrepancias se dieron en materia de reformas, ya que Raúl buscaba generar una apertura para negocios privados, lo que para muchos significó “lanzar el marxismo por la ventana”. Por más  divergencias que existan en el partido, la esencia es exactamente la misma: un partido único que tolera a ciertos partidos y personajes políticos, los cuales no tienen voz ni voto a la hora de tomar decisiones.

Dentro de las clases sociales surgió una nueva liderada por los trabajadores del ámbito privado, quienes se hicieron de los recursos estatales luego de que en 2017 el gobierno pusiera freno a las solicitudes de licencias comerciales, estancando así el crecimiento privado. El PCC debía mantener firmes sus ideales ya que, según precepto constitucional, se debe suprimir “la explotación del hombre por el hombre”.

No puede dejarse de lado el nivel de pobreza en Cuba. Según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID): “El gobierno de la isla sobreestima el valor del peso cubano al equipararlo artificialmente al dólar estadounidense (…) Cuba habría perdido un poco más del 50 % de su PBI tras quedarse sin subsidios del bloque socialista, y no un 35% como afirma La Habana”. Estas estimaciones también se deben a la dualidad cambiaria de Cuba, el peso cubano y el peso cubano convertible (CUC), lo que dificulta un estudio comparado de los precios, además de ocasionar inestabilidad económica y social.

Raúl Castro abogaba por una solución inmediata para unificar estas dos monedas, pero esta afirmación solo quedó en promesas. Algunos analistas se encuentran dispuestos a aplicar en el país un modelo semejante al “socialismo de mercado chino”, aunque aún no se sabe qué medidas podrían tomar para poner en marcha el proyecto. Por otro lado, la posición de Estados Unidos y la Unión Europea promueven la sustitución del modelo socialista, jugando una lógica que recuerda a los tiempos de la Guerra Fría.

Cambios trascendentales en las relaciones internacionales

Sin lugar a dudas, un gran porcentaje de los cubanos se sienten descontentos, pero ellos no van a salir a protestar a las calles, ni mucho menos rebelarse contra el sistema. Su única herramienta “anárquica” es irse del país. Y es que ahora emigrar de Cuba se ha vuelto engorroso luego de que el presidente Barack Obama pusiera fin a la política de “pies secos, pies mojados”, que le brindaba un trato especial al inmigrante cubano que llegaba a Estados Unidos. Muchos veían la imagen de Obama como un redentor: su llegada a la isla era sinónimo de inversiones, turismo, creciente actividad privada y próspera calidad de vida.

Pero con la administración de Donald Trump, se retiró más de la mitad del personal de la embajada en Cuba, luego de unos aparentes ataques a diplomáticos estadounidenses. La política anti-Cuba de Trump ha resultado efectiva para socavar al gobierno cubano. El turismo en el país cayó un 25 %, varias aerolíneas redujeron sus vuelos a la isla e inclusive las empresas que buscaban invertir dieron marcha atrás.

Con respecto a Venezuela, su crisis política y económica ha generado una reducción en sus exportaciones de petróleo. Con el chavismo, los Castro podían satisfacer aproximadamente al 60 % de la demanda isleña y, a su vez, los cubanos enviaban médicos para trabajar en Venezuela.  Con Maduro en el poder, la caída de los precios del petróleo y el deshielo de las relaciones Cuba-Estados Unidos generaron un deterioro en el PBI (producto interno bruto) cubano. En el resto de América Latina, La Habana perdió a sus principales aliados debido al giro hacia la “derecha”.

Por otra parte, las relaciones de Cuba con Rusia y China se mantienen estables y, de hecho, el número de turistas y las exportaciones se mantiene en alza.

Reflexión final: los desafíos a futuro de Cuba

La situación interna y externa de Cuba nos demuestra que no hay muchos aires de cambio. Han pasado 70 años sin elecciones presidenciales por voto directo, donde el PCC interfiere en las funciones legislativas, judiciales y administrativas. Aunque ahora no esté al mando un Castro, proseguirá el castrismo. De hecho, Raúl seguirá siendo el jefe del Partido Comunista designado por la Constitución como “la fuerza guía superior de la sociedad y el Estado”.  Su salida es un acto simbólico para un país acostumbrado a un gobierno absoluto.

Miguel Díaz-Canel, el nuevo presidente de Cuba, deberá construir su legitimidad a partir de un proyecto nuevo, o a través de la gran “reforma política” que abogaba Raúl,; y, además, mantener el control frente a los estancamientos económicos y la regresión de los ideales nacionalistas.

Por primera vez podemos decir que la generación guerrillera de la Sierra Maestra ya no estará al frente de la política. De modo que los jóvenes asumirán un rol de liderazgo histórico y tendrán, sobre todo, mayor visibilidad. Pero el tiempo dirá si ellos van a ser quienes realmente tomen las riendas del porvenir de su propio país.

Referencias

 

 

 

Autora

Florencia Herrería: Estudiante avanzada de Relaciones Internacionales por la Universidad de Congreso. Voluntaria legislativa en Municipio de Godoy Cruz. Alumni AIESEC en Mendoza.

 

 

 

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