Por María Belén Valdemoros
Después de la excelente victoria de la selección argentina de fútbol en la Copa América 2024 y sin explayarnos en los verdaderos sufrimientos que padeció todo el público que asistió al Estadio “Hard Rock” de Miami (y de los cuales la organización no se ha hecho responsable en lo más mínimo), se pretendió levantar polvo sobre las canciones que expresó parte del equipo argentino en los festejos.
Como era de esperarse, los “cánticos discriminatorios” (calificados así por funcionarios europeos) de los integrantes de la selección argentina han dado la vuelta al mundo, porque uno de los jugadores se desenvuelve en ligas europeas. Lo cierto es que todas las finales y victorias en el fútbol tienen una gran ingeniería lingüística de destacar en los ganadores y no siempre se vela por la letra, más bien se tiene en cuenta la rima.
Esto nos embarca en los derechos humanos.
La doble vara con la que se mide y habla de estas facultades inherentes al ser humano a nivel global, también es de destacar. Estados que solo usan palabras despampanantes en sus discursos y luego sus políticas y acciones llevan a lo opuesto. Por ilustrar con unos ejemplos, la proclamación abierta de los derechos de los victimarios que plagan de violencia un país vs. la defensa de las víctimas del salvajismo de los gangster (El Salvador); la no aceptación de inmigrantes en el propio país con el apoyo económico a ONG’s para que desembarquen a las personas en otras tierras costeras (Francia y el Reino Unido) vs. los derechos humanos de los inmigrantes y refugiados que no se respetan. Por lo que las opiniones de mandatarios se deben medir según el contexto político y social que afrontan al momento de pronunciarse.
Para entender la composición de equipos europeos actualmente, y más aún las selecciones nacionales de fútbol, se debe orientar el análisis a Europa justamente en materia migratoria. Es inquietante para muchos gobiernos, pero especialmente para Francia, donde se han visto cambios importantes en su composición étnica. La elección de esa nación en gran parte se debe a las antiguas colonias francesas, que hasta el momento no han podido desligarse totalmente de la potencia colonizadora, y al mantenerse conectada también lingüísticamente, el país galo se vuelve atractivo para esos migrantes. (No se puede negar la gran expansión francesa sobre territorio africano y los desmanes que provocaron y provocan en la región cuya población sigue pagando las consecuencias hasta nuestros días.)
Para comparar desde el lado americano, la categorización de una persona por su nacionalidad, se ha vivido en Argentina desde su surgimiento como nación, siendo un país muy orgulloso de sus raíces fundadas en la inmigración europea y de pueblos originarios. Se sigue titulando como un país abierto a la inmigración y de hecho ha recepcionado desde los años ‘90 personas de nacionalidad boliviana, peruanas, paraguaya, entre otras, y recientemente también venezolana.
Retomando el deporte y acercándonos al 2014, con la victoria de Alemania sobre Argentina, en la final de la copa del mundo disputada en Brasil y la transmisión del canal DW (alemán) (DW, 2014), la cual todavía sigue activa en la plataforma YouTube, titulaban el festejo de la victoria “El baile de los gauchos”. La “danza” comienza con el cuerpo inclinado hacia adelante y agachados y dicen “los gauchos andan así”. Posteriormente los jugadores alemanes, erguidos y saltando, gritan “los alemanes andan así”.
Con un claro “tinte segregativo” hacia el pueblo argentino, los principales canales del mundo transmitieron el mismo sin ningún reparo y hasta lo explicaban como una “danza”. Al día de hoy no han formulado ninguna disculpa pública hacia la selección albiceleste y los medios de comunicación que alzaron los videos tampoco hacen reparo alguno, es simplemente “baile”.
Llamar a los argentinos gauchos representa para su gran mayoría un orgullo nacional, una persona que batalla contra el campo o la ciudad día a día trabajando, con un mate en su mano, pantalón de campo y una boina. Pero en el caso de los franceses decirles que sus padres son angolanos o nigerianos no es para nada simpático desde que han sufrido una persecución constante en el continente europeo por tener ascendencia africana.
Con la victoria de los franceses en el año 2018, por la misma disputa mundial los galos vitorearon una de las peores frases contra Lionel Messi, mencionando sus dificultades de crecimiento cuando era un niño. Y las disculpas se pierden en el camino.
Tras el triunfo insospechado de la selección argentina en Qatar 2022 se creó una profunda rivalidad entre el equipo francés y el argentino, después que el equipo europeo no esperara el logro del equipo americano que tanto había sufrido en el campeonato.
¿Pero, por qué tanto conflicto por una arenga en el fútbol?
Siendo la discriminación un trato desigual, una canción que distinga origen étnico solo es una forma de segregar (entiéndase con ánimo de aislar o separar) cuando se sufre un trato dispar por ese motivo en el país de residencia (ser africano o americano o asiático no es discriminatorio, es una distinción según el continente de residencia o procedencia). La República Francesa particularmente se caracteriza por crear una distinción entre sus nacionales y los extranjeros o inmigrantes (Fuentes, 2020), también por su religión (Ayuso, 2019), que prolifera más allá de sus fronteras. Incluso en España meses antes de la copa se dio una triste situación con Vinicius Junior (brasilero) en España (Velazquez, 2024), y lamentablemente ningún jugador del Chelsea se solidarizó con él públicamente.
Sin dudas la polémica del jugador argentino ha generado rechazos sobre sus formas, pero también se resalta una vez más la “doble vara” con la que se mide el discurso de la discriminación siendo que “es discriminatorio si la otra persona siente la discriminación” de lo contrario está todo permitido. Y no es una cuestión de subjetivismo (si una persona se siente o no discriminada), es más bien objetivo: denotar que una persona tiene orígenes de un continente, una religión o partido político distinto a uno no es discriminatorio. Pero se vuelve tal si por esas características se hacen distinciones de inclusión o exclusión de la vida social en el lugar donde habitan y se desarrollan.
Bibliografia
- Ayuso, S. (2019). El Pais. Obtenido de https://elpais.com/internacional/2019/11/06/actualidad/1573049756_249110.html
- DW. (2014). YouTube. Obtenido de https://www.youtube.com/watch?v=8Q8Bh_KYcJo
- Fuentes, F. (2020). EuroNews. Obtenido de https://es.euronews.com/2020/06/13/el-racismo-
vuelve-al-centro-del-debate-politico-y-social-tras-las-ultimas-manifestaciones - Velazquez, J. (2024). Obtenido de https://es.euronews.com/2024/04/06/somos-racistas-el-futbol-
pone-a-espana-frente-al-espejo