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El Atentado Contra Donald Trump

Por Alfonso Lorenzo de Olmos

El candidato al Partido Republicano de los Estados Unidos, Donald Trump logró sobrevivir a un disparo que terminó hiriendo su oreja derecha. Sin embargo, hubo dos muertos y tres heridos. Sin embargo, el agresor murió después del incidente, lo que llevó a una gran reacción no solo a nivel nacional. Sino también en todo el mundo.

 

El Tiroteo del Sábado 13

En el día sábado 13 de Julio, el expresidente Donald Trump se presentó para su rally presidencial en la localidad de Pensilvania. Durante su discurso, Trump empezó a traer la cuestión de la masiva inmigración ilegal bajo el mandato de su oponente, el demócrata Joe Biden en comparación con su período presidencial.

Para ese entonces, los disparos surgieron y el candidato presidencial fue herido en la oreja derecha. El francotirador se encontraba posicionado en el techo de una fábrica a apenas 150 metros de distancia. Después de que la bala hirió a Trump, los agentes del servicio secreto actuaron y respondió al fuego desde el techo de otro edificio cerca de donde se encontraba Trump, detrás de las gradas de la audiencia, inmediatamente después de los disparos, abatiendo al tirador.

Después de que el incidente pasó, se pudo encontrar el cadáver del tirador y su identidad en la forma de Thomas Crook, un joven de 20 años que según fuentes anónimas tenía conexiones con BlackRock y otros grupos secretos. Después de ser confirmada su identidad, la policía logró descubrir que tenía dentro de su equipaje otros dispositivos para un posible plan B.

De todas formas, militantes de Trump denunciaron abierta incompetencia del Servicio Secreto en no detener el incidente lo más posible y había avisado que el tirador estaba presente y lo podían ver antes que disparase.

donald trump

Antecedentes de Violencia Política en los Estados Unidos

La violencia política dentro de los Estados Unidos tiene sus más notorios antecedentes. Entre ellos están los intentos de asesinato que fracasaron y aquellos que terminaron en la muerte del presidente del gran país norteamericano.

Para el primero se destacan de forma cronológica previa a la Guerra Civil, el presidente Andrew Jackson fue tiroteado en el momento en el que asistía a un funeral en el Capitolio. Se salvó porque el arma del atacante falló. Unos siglos después, fue el intento de asesinato de Théodore Roosevelt, el 14 de octubre 1912 a manos de un tabernero quien le disparó cuando se preparaba para dar un discurso en Milwaukee. Y no le salvó el hecho de que el arma del agresor fallara, sino que su discurso (de 50 páginas) fue lo que frenó la bala, aunque no impidió que entrara en su cuerpo. Con todo, acabó dirigiéndose a sus seguidores. La bala le acompañó el resto de su vida. El 15 de febrero de 1933, y siendo ya presidente electo, Franklin D. Roosevelt fue atacado por Giuseppe Zangara en Miami (Florida) mediante cinco disparos en el parque Bayfront. Acabo siendo condenado a muerte, ya que acabó con la vida del alcalde de Chicago, Anton Cermak. Harry Truman, que sucedió a Franklin Roosevelt tras su muerte, también fue tiroteado en 1950, frente a la Casa Blanca, por nacionalistas puertorriqueños. Ya en 1972 (el 15 de mayo), George Wallace (por aquel entonces gobernador de Alabama y candidato a la presidencia), fue tiroteado tras realizar un acto de campaña en Laurel (Maryland). Quedo parapléjico de cintura para abajo. El atacante fue Arthur Bremer, que fue condenado a 63 años de prisión. No uno, sino dos intentos de asesinato fueron los que sufrió Gerald Ford en 1975. Y los dos protagonizados por mujeres: el primero, por Lynette ‘Sqeaky’ Fromme, seguidora de la secta de Charles Manson (no llegó a disparar ya que fue detenida por los servicios de seguridad); y, el segundo, por Sara Jane Moore (una exinformante del FBI), en San Francisco, dos semanas después. En este caso, a Ford le salvó la rápida acción de un ciudadano que la agarró evitando su intento. Otro caso que llamó la atención fue el de Ronald Reagan, tiroteado el 30 de marzo de 1981, cuando salía de dar un mitin en Washington DC. Su atacante, John Hinckley, acabó siendo encerrado en una institución mental ya que fue declarado no culpable por demencia. Salió de prisión en 2022. El último fue el intento de magnicidio contra Barack Obama. Un hombre de Idaho fue acusado de disparar contra la Casa Blanca en 2011.

Mientras que en el lado del último, donde fueron asesinados fueron Abraham Lincoln, en 1865. Lincoln recibió un disparo en la nuca en un acto que se celebraba en el Teatro Ford de Washington a manos de John Wilkes Booth, que era uno de los actores de la obra que se celebraba en el teatro. Fue abatido días después en Virginia. El segundo de los presidentes asesinados, siguiendo el orden cronológico, fue James Garfield. En su caso, fue tiroteado en la estación de tren de Washington DC por Charles Guiteau, en julio de 1881. Guiteau, con una enfermedad mental, le disparó porque no había conseguido un puesto en la administración de Garfield. En su caso, fue detenido y condenado. Murió en la horca ese mismo año. El tercer presidente de EEUU asesinado fue William McKinley, en septiembre 1901. Los hechos tuvieron lugar en Buffalo (Nueva York). Un anarquista, llamado Leon Czolgosz, le disparó y, aunque no murió ese día, lo hizo días después a causa de las heridas. Su asesino murió electrocutado posteriormente. Por último, el cuarto presidente asesinado a tiros fue John F. Kennedy, en Dallas, el 22 de noviembre de 1963 mientras recorría en un coche descapotable las calles de la zona. Lee Harvey Oswald fue detenido días después del magnicidio y asesinado por Jack Ruby (empresario y figura secundaria del hampa) en el sótano de la comisaría de Dallas.

 

Las Reacciones Ante El Siniestro

Las reacciones a niveles nacional e internacional no tardaron en llegar una vez que el siniestro evento sucediese. En el lado nacional, todo el Partido Republicano, junto con el Partido Demócrata expresaron abierto repudio contra el evento.

Lo mismo pasó en los líderes políticos del mundo, ya sea dentro de la derecha o izquierda donde expresaron de forma simultánea el disgusto contra el incidente, más allá de algunas diferencias que existieron durante su primera presidencia. Desde el dictador venezolano, Nicolás Maduro hasta la mandataria de la Unión Europea, Ursula Von Der Leyen y el Papa Francisco.

Sin embargo, los medios de comunicación, sobre todo en los Estados Unidos, fueron bastante divisorios en la forma que narraron el incidente. Con algunos de buena parte de la mainstream media intentando de minimizar la responsabilidad del personal de seguridad en el cuidado de Trump antes del magnicidio. Mientras que otros, sobre todo, los del mundo alternativo poniendo mayor énfasis en la negligencia de todo el personal por como manejaron la situación.

 

Conclusión

Este reciente acto violento terminó elevando la figura de Donald Trump a altos niveles, que podría hacer su retorno a la Casa Blanca casi inevitable. Por lo cual, sus contrincantes del Partido Demócrata buscan nuevas y desesperadas formas de ganar las elecciones, incluso con asegurar que Joe Biden sea desplazado. Cosa que sucedió con el nombramiento de Kamala Harris como el nuevo rival electoral de Trump.

Por otra parte, este intento de magnicidio pasará a la historia de los Estados Unidos como han sido los otros que lo precedieron y tiene abierto significado para una nación que se encuentra de forma psicológica y socialmente polarizada. Hasta incluso, se especulaba que si Trump perecía en el tiroteo, la guerra civil hubiese ocurrido de forma inevitable.

Afortunadamente, semejante predicamento no se ha hecho realidad, por lo cual se puede esperar hasta noviembre la situación electoral en los mismos Estados Unidos.

 

Bibliografía:

8 de agosto de 2024
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