Por Juan Casabó
Actualmente, el Sistema Internacional se encuentra en un punto de quiebre. El Orden Mundial imperante durante varias décadas, el supremacismo de Occidente con Estados Unidos a la cabeza, está mostrando hace varios años síntomas de agotamiento. Poco a poco se está dando paso a un orden mundial Multipolar, debido a varios factores pero principalmente al debilitamiento económico de EEUU y el surgimiento de nuevas potencias, pasando de un poder concentrado en un sólo hegemón a una redistribución y equilibrio de poder en el Sistema Internacional.
Debido a esto, resulta necesario analizar en qué punto nos encontramos ubicados los Latinoamericanos frente a nuevos desafíos de seguridad y nuevos actores internacionales presentes en la región, y cómo estos fenómenos han afectado las relaciones de Latinoamérica con Estados Unidos y con el resto del mundo. En este artículo nos enfocamos en el factor de la Seguridad, y cómo podemos pensarla de aquí en adelante, en clave regional.
Dilemas de Seguridad en la actualidad
En Mayo de este año se dio la 9na Conferencia de Seguridad Hemisférica, en Miami, Estados Unidos (EEUU). La misma tuvo un abordaje transversal, tratando temas como la ciberseguridad y el desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA), y con la presencia de expertos del mundo académico, organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, altos funcionarios militares y referentes del sector privado.
Los oradores hicieron énfasis en la cooperación internacional, el fortalecimiento institucional y la construcción de relaciones de confianza. Destacan las intervenciones de los Ministros de Defensa de Chile, Paraguay y Brasil. Éste último, José Múcio Monteiro, señaló que su país es el principal exportador de defensa en Sudamérica. “La industria brasileña ofrece productos de seguridad y defensa, como submarinos, fragatas, cohetes y aeronaves”, mencionó. El brasileño también advirtió sobre la nueva carrera armamentista en la que entró el mundo y resaltó la importancia y la necesidad de la diplomacia en estos momentos. Sin embargo, también dijo que en este contexto es importante el fortalecimiento de las Fuerzas Armadas.
Con respecto a este último punto, el Rol de las Fuerzas Armadas en Latinoamérica ha cambiado con los años, pasando a enfrentar nuevos desafíos emergentes. A su papel delineado en las distintas constituciones nacionales, principalmente enfocado en contribuir a la defensa nacional y proteger y garantizar la soberanía, independencia e integridad territorial, ahora también se le suma la lucha contra el crimen organizado, combatir a las organizaciones criminales transnacionales y las amenazas cibernéticas.
El Comando Sur de EEUU lleva décadas realizando ejercicios militares por tierra, mar y aire en la región, por lo que no están libradas al azar las sucesivas visitas y discursos realizados por los responsables del Comando Sur desde 2010 en adelante. Se identifica ese trío de nuevas amenazas como el mayor peligro en materia de relaciones inter-estatales respecto a la región. La Generala Laura Richardson visitó Argentina la primera semana del mes de Abril de este año para, según sus palabras, “fomentar el diálogo y la cooperación con el nuevo gobierno y los líderes de defensa del país”. Su visita no fue casualidad, ni tampoco su escala en Tierra del Fuego, donde mantuvo un encuentro con el presidente Javier Milei. Se trata de una contra ofensiva a las intenciones del Gobierno Chino de construir un puerto en esa zona, permitiéndole el control del paso bioceánico como así también una posición estratégica frente a la Antártida.
Este es uno de los tantos ejemplos que se están dando dentro de la realidad latinoamericana en materia de Seguridad, la cual no puede ser analizada sin tener en cuenta la actual puja entre Estados Unidos y la República Popular China (RPC).
A pesar de la consistente avanzada en su intento de despliegue en América Latina, Beijing carece de los atributos para respaldar y asegurar su proyección de poder en la región. Puede constituir una molestia para Washington pero no son un desafío significativo a la presencia e influencia histórica y presente de Estados Unidos en Latinoamérica. China, sin embargo, tiene los recursos, la voluntad y la oportunidad para extender y sostener su incidencia e impacto en la región. De allí que resulte lógico que Washington esté atento a mensajes, medidas y maniobras de Beijing en el área, especialmente en el terreno militar.
A su vez, los únicos países de la región nombrados Aliados Extra-OTAN son Argentina (1998), Brasil (2019) y Colombia (2022). Hay que agregar que en 2017 Colombia fue invitado a ser “Socio Global” (Global Partner) de la OTAN. En este plano—el de los acuerdos en materia de defensa/seguridad y respecto a una condición militar especial otorgada–tampoco China (ni Rusia) tiene esa institucionalidad, intensidad y variedad de vínculos con los países del área. El nivel de fractura intra-latinoamericano y el vaciamiento de mecanismos sudamericanos (por ejemplo, UNASUR y su Consejo de Defensa) es un incentivo adicional para que el Comando Sur encuentre más eco y menos resistencia al respecto (Tokatlian, 2024).
La avanzada China sobre Seguridad en Latinoamérica
En años recientes, China ha venido incrementando la oferta de cursos y programas educativos para militares de América Latina. Ahora bien, nada semejante en materia de bases, localizaciones militares y centros instructivos, así como tampoco en la cantidad de cursos especializados y misiones de entrenamiento ocurre en términos de las relaciones de la región con China (ni con Rusia), comparado con EEUU.
Si bien se puede decir que el avance chino en materia de Seguridad en la región es pequeño, a comparación de la presencia y el desarrollo estadounidense durante mucho más tiempo, debemos reconocer que se enmarca dentro del avance estratégico que el Gigante Asiático tiene planificado para adentrarse en la región. El Gobierno Chino ha reconocido su interés en comprometerse con la seguridad y la defensa del continente en los Libros Blancos de Política China de 2008 y 2016, en éste último haciendo alusión a una «nueva fase de cooperación integral» con América Latina y el Caribe (ALC). También debemos mencionar el vínculo CELAC-China. Esta organización es vista desde el país asiático como su puerta de entrada principal a la región para llevar a cabo los planes de cooperación, a la vez que, a través de los foros ministeriales entre ambas partes, se ha avanzado en una institucionalización del vínculo para futuras interacciones. El principal problema es que la CELAC se estableció como un lugar de diálogo político, por lo que no ha podido responder frente a la Agenda China, ya que no posee legitimidad ni representación para hacerlo en esos níveles de integración.
Resulta importante destacar que los montos más importantes de financiamiento chino en la región están concentrados en los sectores energético, minero y de infraestructura. Venezuela, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia fueron los principales países receptores de financiamiento chino en el período 2011-2017. En el caso de Venezuela y Brasil, los principales montos están concentrados en el ámbito energético, mientras que, en el caso de Argentina, el mayor rubro está suscrito en el sector de infraestructura con 4.500 millones de dólares. Como vemos, el foco no está puesto en el rearme o la seguridad y defensa.
Mirando el Futuro
Analizando la realidad Latinoamericana desde una visión Neorrealista, el conflicto es no sólo probable sino también una condición que se va a dar en algún momento, ya que se considera al Sistema Internacional como anárquico por sí mismo. Algunos aspectos que podemos ver presentes en algunos países de Latinoamérica refuerzan esta visión: la falta de reglas sobre el control de armas; una tasa de homicidios tres veces superior al promedio mundial (18 vs. 5,6 por 100,000 habitantes según UNODC, 2023); problemas en la navegación de Aguas Internacionales; y la presencia de un Multipolarismo cada vez mayor en el Sistema Internacional.
Para enfrentar estas amenazas a la Seguridad Latinoamericana, debemos partir de la necesidad de un enfoque de Seguridad Cooperativa en la región, para evitar el avance de amenazas a la estabilidad regional. Actualmente, el crimen organizado transnacional y el narcotráfico están dando paso a fenómenos mafiosos en algunas regiones del continente, como la Mara Salvatrucha, el cartel de Sinaloa y tantos otros. Estos desafíos deben abordarse mediante un enfoque integral que trabaje con los países en el abordaje del crimen y la violencia, centrado en la prevención social y el fortalecimiento institucional de las capacidades de seguridad y justicia. Los actores clave para fortalecer la Seguridad del continente deben trabajar en conjunto: Gobiernos, las Fuerzas de Seguridad, Organizaciones Regionales e Internacionales, la Sociedad Civil y el Sector Privado. El futuro de la seguridad regional en América Latina dependerá de la capacidad de la región para abordar los desafíos que enfrenta y aprovechar las oportunidades que se presenten.