El accionar del Sucesor de San Pedro en la política internacional es capaz de influir en el ámbito interméstico como el mejor actor individual en la arena del sistema internacional. ¿Pero cuál es su papel en Venezuela? Tras rechazar la Asamblea Nacional Constituyente, la Iglesia Católica se encuentra ante un incómodo y frágil rol: el de aportar equilibrio y contención en la región, a esta altura ya sin margen de éxito desde lo político. Poco se lo siente al Papa. Será ésta, tal vez, una forma menos visible de “hacer lío”.
¿Oposición u Oposiciones?
Casi en simultáneo a la reunión en el Vaticano en 2016 entre el Papa Francisco y el Presidente Maduro, se producía el anuncio del acuerdo de una mesa de diálogo entre el gobierno y la oposición. Lo que llamó la atención fue la disonancia existente en el cuerpo de la oposición, que no conforma una homogeneidad institucionalmente válida ni dispone de las garantías necesarias a la hora de lograr una negociación.
La oposición en el último tiempo ha avanzado significativamente, a pesar de que aún mantiene fracturas internas importantes. El problema es que no tiene un líder único: está Henrique Capriles, Leopoldo López, Julio Borges… Y ante tal pluralidad de paladines es un desafío de la oposición tener una mirada única y estratégica. El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi reconoció que el panorama en el país sudamericano no es claro, y que por ahora es necesario ver mejor cuáles son las expectativas y las bases para desempeñar un papel útil en la región.
El Buen Sembrador
La importancia del actor individual en las relaciones internacionales va en aumento, a la vez que la presencia de la institución religiosa va en decremento. Podría sostenerse que la crítica social al accionar del Papa en Venezuela pone de relieve justo eso, la importancia de la persona y no de la Santa Sede en la negociación y resolución de conflictos.
El rol de la Iglesia en la política internacional es promover reconciliación y diálogo, más allá de tener posturas por una parte en un conflicto particular. La cuestión que se plantea es por qué motivo se percibe al Papa como poco eficiente o incluso débil en este país. En sus propias palabras: “El diálogo tiene que ser ya, en condiciones claras. Todo lo que se puede hacer por Venezuela hay que hacerlo, con las garantías necesarias. Si no, jugamos al tin tin pirulero, y no va la cosa”
La paciencia como característica de la institución eclesiástica, ha dado sus frutos en las diversas negociaciones llevadas a cabo como intermediaria. En política, la Iglesia apuesta al largo plazo sin destruir todos los puentes – al contrario – trabaja para construirlos.
Es por ello que podría sostenerse que la estrategia del Sumo Pontífice en política internacional se basa en un continuo “proceso de regar” donde:
“la pasión por sembrar, por regar serenamente lo que otros verán florecer, reemplaza la ansiedad por ocupar todos los espacios de poder disponibles y ver resultados inmediatos.”
Paciencia y persuasión como política
En un escenario con brutales ataques contra civiles, parroquias, seminaristas y hasta sacerdotes asesinados, muchos opinan que el Papa permanece callado o reaccionando de forma leve y tardía. “Hable por Venezuela, papa Francisco” titula el columnista William McGurn en The Wall Street Journal. Las críticas a los movimientos del Sumo Pontífice en la región son abundantes y variadas. Entendemos que ya no puede seguir violándose el Derecho Internacional Humanitario. Que el éxodo venezolano debe culminar, y sentarse las bases necesarias para salvaguardar la vida y el bienestar de los ciudadanos. La migración forzada y las muertes de miles de ciudadanos que dejaron sus vidas aclamando por sus derechos, dejará una gran huella en la población.
Pero en el plano político, hay algo que debemos entender. La influencia de la Iglesia en el sistema internacional actual, explica Rodrigo Guerra – miembro del Pontificio Consejo Justicia y Paz – “no se da a través de divisiones militares, sino a través del impulso que la experiencia religiosa tiene en las culturas y de ahí en sus estructuras, Estados, democracias, dictaduras”.
Venezuela es un país con una fuerte tradición católica. Desde un comienzo, el Gobierno ha jugado a poner una contradicción entre el Papa y la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), indicando su posición con el Sumo Pontífice porque desean el diálogo y señalando a los obispos como “politiqueros opositores” en contra de esta decisión.
“El gobierno de Venezuela se burló del Vaticano y de la Iglesia”, dijo en febrero el arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino.
Aún así, el Papa insiste en esto, en el proceso. No en el objetivo de poder inmediato, si no en promover la paz negociada por ambas partes que logre un resultado duradero a largo plazo. Y hasta que ambas partes no culminen sus berrinches y ceguera causada por sus propios intereses, seguiremos esperando una mediación exitosa por parte de la Iglesia Católica. Se debe lograr persuadir a ambas partes a tomar cartas en el asunto y – sobre todo luego de una homogeneización de objetivos en la oposición – para poder pasar a una mesa de diálogo y lograr una resolución diplomática bajo negociación.
Conclusión
La escalada de violencia va a en aumento. Hasta hace poco la región acompañaba mucho al chavismo. Sin embargo, ese contexto cambió radicalmente. Todos queremos y sentimos la necesidad de una resolución inmediata en la guerra que viven nuestros hermanos venezolanos. Todos condenamos la muerte y el abuso de poder. Pero para realizar un análisis objetivo de la intervención papal, debemos reconocer lo fructífero de su paciencia y perseverancia en política exterior. Es parte de su personalidad internacional. Incluso de su ser espiritual. Observemos casos anteriores, por ejemplo la negociación en Colombia con las FARC, o incluso la relación Cuba – EEUU. Raúl Castro lo dijo, se sintió muy impresionado por la sabiduría, la modestia y todas las virtudes de Bergoglio. “Si continúa hablando así, les aseguro que volveré a rezar y regresaré a la Iglesia. Y no lo digo en broma”
BIBLIOGRAFÍA
Priego, Alberto y Corral, Carlos. “La acción de Benedicto XVI en la crisis del Líbano” en UNISCI Discussion Papers, ISSN 1696-2206, 05/2007, Número 14, p.72
Sara Susana Pozos Bravo, (2017), La política exterior de la Santa Sede y su influencia en los instrumentos internacionales de derechos humanos: libertad religiosa y libertad de conciencia (tesis doctoral) UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID. Madrid, España.
Papa Francisco, (2015) El Papa Francisco en Ecuador, Bolivia y Paraguay: Todas sus intervenciones. Editor Opus Dei Oficina de Información. Recuperado de: https://books.google.com.ar/books?id=TVAoCgAAQBAJ&dq
AUTOR
Valentina Gauna, Estudiante de Relaciones Internacionales en la Universidad Empresarial Siglo 21. Voluntaria en la Cruz Roja Argentina, filial Córdoba
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