Por Camila Rocio Torres
En el marco previo a la celebración de la COP 29 que se celebrará el 11 de noviembre del 2024 en Bakú, Azerbaiyán; el Sahel se convierte en uno de los puntos más importantes para poner énfasis en la mesa de discusión de los países participantes. Dicho foro se convierte de vital importancia para la región para poner en marcha un plan estratégico para mitigar la inseguridad alimentaria y medioambiental que han traído como consecuencia los primeros desplazamientos forzados a causa del calentamiento global y la desertificación progresiva en las tierras de cultivo.
¿Qué son las Cop y por qué son tan importantes?
Las COP por sus siglas en inglés: “Conferences of the parties” o Conferencia de
las Partes en su traducción al español, son una serie de convenciones que se celebran anualmente en el marco de la ONU. Nace en la Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) celebrada en la cumbre de la tierra en 1992 en la ciudad de Río de Janeiro.
Las COP establecen las obligaciones básicas que deben cumplir los actores participantes, ya que aquí no solo participan Estados, sino también organizaciones regionales y actores no estatales como ONGs, empresas, organizaciones civiles, etc.
Su importancia radica que, al ser el foro de discusión internacional más importante sobre la lucha contra el cambio climático, proporciona un marco de discusión que reúne centenares de países que tienen como objetivo mitigar los efectos destructivos que afectan la vida humana.
Un ejemplo exitoso y muy importante de cómo las COP pueden generar un impulso significativo hacia la acción climática; fue el Acuerdo de París, adoptado en 2015, el cual comprometió a casi todos los países del mundo a mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 2 °C, preferiblemente a 1.5 °C, lo que ha llevado a una mayor ambición en las políticas climáticas a nivel nacional. Además, las COP son también un espacio donde se discuten mecanismos de financiamiento para ayudar a los países en desarrollo a implementar medidas climáticas siendo esto crucial para estos países, que a menudo, son los más afectados por el cambio climático pero tienen menos recursos para enfrentar los efectos del mismo.
¿Cómo la población del Sahel enfrenta los desafíos de vivir en una tierra que se seca?
Numerosas organizaciones que luchan para mejorar la seguridad humana en África han denunciado la gravísima situación a las que la población saheliana se enfrenta y posiblemente a un agravamiento aún mayor de la situación, ya conflictiva, que existe en la región a causa del aumento de la temperatura. Tal como expresó un informe de la Coordinadora Especial de la ONU para el Desarrollo en el Sahel y ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, la crisis climática se está combinando con la creciente inestabilidad política en una bomba de tiempo que pronto explotará si no se toman medidas urgentes.
Un ejemplo de ello fue lo que ocurrió entre el 1 y 5 de abril del 2024, en los países de Burkina Faso y Mali que se vieron afectados por una ola de calor sin precedentes en su historia, superando los 45° grados lo que científicamente podría ser ocasionado por una elevación de la temperatura global de 1,2 grados en tan solo 5 dias de Abril.
El calentamiento exponencial por la que ha atravesado la región estos últimos 100 años han provocado la disminución de napas de agua, praderas para el cultivo y poco a poco extendiendo la certificación de la tierra, expandiendo aún más el desierto del Sahara. Lamentablemente, esta situación ha provocado un aumento en la violencia por parte de los grupos terroristas en una lucha por los recursos naturales. Además, se calcula que tan solo en el 2023, un total de 102 millones de personas están en peligro de inmigrar o encontrarse atrapadas en los desiertos tan solo en la región del Sahel, aumentando significativamente el peligro de muerte e inseguridad en toda la población.
¿Cómo enfrenta el AES (Alianza de Estados del Sahel) la sequía, la falta de recursos y la inseguridad alimentaria?
El “AES” o Alianza de Estados del Sahel, ha dado de que hablar estos últimos meses, conformado por los líderes dictatoriales de Mali, Burkina Faso y Níger, han tomado la iniciativa de conformar un bloque para su propia seguridad y la de sus nacionales.
Uno de los puntos centrales de su conformación fue la de combatir a los terroristas e irregulares que han azotado a la región en las últimas décadas; ya que ante las negativas de occidente y su descontento en las diversas intervenciones fallidas lo creyeron así propicio.
En relación al cambio climático, los países miembros enfatizaron la necesidad urgente de establecer condiciones para una verdadera seguridad alimentaria y el uso coherente de recursos hídricos. En conjunto propusieron la creación de mecanismos económicos, financieros y monetarios que ayuden al desarrollo regional. Esto incluye la formación de un banco de inversiones y un fondo de estabilización para financiar proyectos agroalimentarios. La importancia de estas medidas radica en que, según los datos de la ONU ,cerca del 80% de las tierras cultivables del Sahel están deterioradas, incluso cuando aproximadamente 50 millones de personas en el Sahel dependen de la ganadería y compiten por la tierra.
Otra medida que puede ayudar mucho a la región es la “gran muralla verde”, un proyecto que actualmente se encuentra activo, aprobada en el 2007 y como proyecto de la Unión Africana se convirtió en una de las principales iniciativas internacionales sobre medioambiente y gestión del suelo que congrega a países africanos y socios internacionales. El objetivo de este plan es frenar la desertificación ambiental provocada por los cambios climáticos, así como también sirve para reducir la tasa de hambre que existe en más de 14 países implicados en el proyecto. La meta es plantar una gran barrera de árboles a lo largo de 7.700 kilómetros de largo desde las fronteras de Senegal y Yibuti y de más de 15 kilómetros de ancho.
Con esta idea, los países participantes del proyecto pretenden detener el avance de los desiertos del Sahel y el Sahara, que han ido aumentando en los últimos años debido a que los feroces cambios climáticos han dejado varias zonas estériles.