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El territorio del amor, paz o guerra.

Por Jonathan Charrón

“Ellos eran dos piezas que encajaban a la perfección, pero no eran del mismo rompecabezas”. Mario Benedetti.

 

Geopolíticamente el territorio no solo es una superficie con sus elementos a los que el humano domina, sino también allí se resaltan las concepciones sobre las interrelaciones humanas (económicas, políticas, sociales, psicogeográficas, ambientales, etc).

Una interrelación entre los humanos que impacta en el paisaje es el “amor”, en cada individuo, y entre esas relaciones sociales y su ambiente aquí, en los territorios, se dan las perspectivas sobre el amor de las que se teorizan y a veces contraponen ideas, las que se imprimen en el espacio como diseños coloridos antrópicos del paisaje.

El Amor

Desde la Antropología podriamos considerar que el amor es un suceso, un constructo cultural de manifiesto de emociones, al mismo tiempo este vínculo entre humanos imprime en el espacio una realidad: fechas en el calendario (14 de febrero para Argentina), mercantilismo emocional (día de los enamorados en Estados Unidos), destinos turísticos del amor (París, la “ciudad del amor”), o detalles de un humano a otro con comida como tributo (cena romántica a la luz de las velas).

Desde las ciencias del pensamiento y la conducta las posturas sobre este fenómeno son variadas, Clara Guillén propone que el amor es la respuesta a todo, incluso al dolor del desamor, desde una visión sumamente humanista esta Médica se plantea los efectos corporales y mentales producto de las dinámicas del amor, incluso su postura podría oponerse a neurocientíficos que centran el amor en la “mente” (ella es Médica, Mgtr. en Coaching, Esp. en Psicosociología y Experta en Mindfulness).

“Nadie muere de amor”, te dicen cuando una relación amorosa termina, científicamente esto no es tan así: si el dolor es muy fuerte, muy intenso, estas reacciones se manifiestan en el corazón con pequeños dolores musculares; sí la ruptura es muy fuerte para el sujeto su emoción dominante será la tristeza, y si esta crece sin control se puede caer en depresión, hay que estar atentos y ser cuidadosos con el valor de las palabras; cuando nos enamoramos por ejemplo excretamos mayores cantidades de oxitocina, la hormona del amor, es decir que en ambos puntos nuestro cuerpo y nuestra mente reaccionan; tal vez no mueras o vivas de amor, pero este jugará un rol en tu conducta, tus deseos y hasta en tu planificación personal, el amor dinamiza los sujetos y el dominio de su equilibrio cuerpo/mente.

Los efectos del amor son relevantes, Claude Steiner nos propone la “economía de las caricias”, el afecto es fundamental y esta traducido en gestos corporales, en estas ideas se plantea como todos en algún punto necesitamos una cuota de caricias, el equilibrio del binomio salud/enfermedad también se ve alterado por una cuota de caricias, de afecto, de contacto, somos seres sociables por naturaleza.

Sexológicamente podemos apreciar la importancia del amor, del vínculo con un otro, desde vivir plenamente nuestro gusto e identidad personal (el amor propio) hasta las formas de relacionarnos con los demás sujetos (el amor por el otro). La gama de formas sanas, trastornos, dependencias, etc., es tan amplia como sujetos y variedades de interacciones. Vivir plenamente nuestra sexualidad ayuda a vivir plenamente el llamado “amor”, es por ello importante nutrirnos de buenas experiencias y permitir a los demás alimentarse de amor genuino.

El territorio del amor

Acercándonos a una geografía del amor, podemos ver conjugado en el espacio urbano todos los condimentos mencionados. En los centros más densamente poblados podremos encontrarnos con carteleras en relación al 14 de febrero, grandes ventas en tiendas de productos para homenajear al ser amado, también podremos observar la físico/química del amor en los sujetos por las calles, los bares sin reservas disponibles o los paisajes decorados en alusión al amor. Al mismo tiempo, y un poco más difuso, en el “territorio de lo virtual” podremos esperar las demostraciones remotas sobre los enamorados, el aumento de las ventas digitales de objetos y servicios. La conducta de las diversas y genuinas formas de amar quedarán plasmadas en el territorio del amor.

amor

Conclusión

Finalmente, cómo puede traducirse el amor en algo sano, algo sano en el mundo interior y mental de cada sujeto, algo sano para mí con el otro, para el otro con migo y entre nosotros y nuestro amado planeta (la geografía del amor), podríamos encontrar dos claves: la primera reconocerme o mejor dicho auto reconocerse, en ese mundo propio de las emociones como un sujeto que puede y necesita de la “economía del amor”, respetando la “otredad” el otro como sujeto, sin expectativas más allá de lo que el sujeto enfrente mío decide entregar/decir/hacer; segundo, ser genuinos y transparentes, congruentes, es decir que lo que digo/hago/pienso/siento es coincidente, lo que llamamos responsabilidad afectiva y ser reales. Por otro lado, cómo se traduce esto en un hecho geopolítico, fácil: también hay amor cuando cuido mi planeta, cuando me responsabilizo por mi entorno y el cuidado del ambiente, cuando soy solidario y vivo sanamente en comunidad, ahí hay amor, visible en el paisaje…

El ambiente, con su complejidad, incluye gestos de amor, necesita de estas conductas, cuidar mi entorno es cuidar a cada sujeto que me importa, como en el pensamiento del Psicólogo C. Jung, cuando nos plantea el hecho de que todos estamos conectados, por ello es mejor el camino de la paz antes que la guerra.

 

 

Bibliografía

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