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ELECCIONES EN ARGENTINA : no todo está perdido, una reflexión ciudadana.

 Por Agustina Bonatti

Después de días de ser electa mediante el voto la persona que tomará el bastón presidencial y se sentará en el sillón de Rivadavia el domingo 10 de diciembre de este año, escogí algunas reflexiones que me parece importante resaltar en estos días y que las catalogaría por fuera de la política partidaria que venimos viviendo los argentinos en el corriente año electoral. Algunas de ellas quizá pertenecientes a entornos puntuales, otras a nivel general, pero varias han sido para bien y es el vaso medio lleno en el que me gustaría que reparáramos.

Podemos estar a favor o no de los resultados, pero hay cuestiones que van más allá de eso y quizá nos levanta de la decepción por los candidatos que tenemos y tuvimos, como así también por las campañas que ellos mismos llevaron adelante, dándonos aires nuevos para afrontar lo que se viene.

 ELECCIONES: detalles que nos distinguen

Con un electorado que ha sido cambiante a lo largo de las tres elecciones nacionales que hemos vivido, demostrado con unas PASO ganadas por Milei, vislumbrado por pocas encuestas; por un 22 de octubre en donde Massa fue quien mejoró su performance respecto de las PASO en los 24 distritos del país, abatiendo así la captura del 65% de los votos “sueltos” de las Elecciones PASO, compuesto principalmente de nuevos votantes y de fuerzas que no superaron el umbral del 1,5% de las primarias (Giménez & Tarricone, 2023).

Sin embargo, si se sumaban los votos de Patricia Bullrich, Juan Schiaretti y Myriam Bregman, y se agregan los blancos o impugnados, hay 9,5 millones de electores que no habían votado a ninguno de los contrincantes del balotaje. Casi el 60% provienen de la Provincia de Buenos Aires, Córdoba y la CABA (Giménez & Tarricone, 2023).

Hoy, luego del resultado final del domingo 19 de noviembre, vemos que la mayoría de los votos correspondiente a Patricia Bullrich fueron a Milei, la unión dio sus frutos y demostró unas cuantas tendencias latinoamericanas que me gustaría enumerar (compartidas por la Internacionalista María de los Ángeles Lasa). Primero, si las elecciones no son libres ni competitivas: gana el oficialismo. Segundo, si las elecciones son libres y competitivas, y no hay ningún “boom” de una commodity: gana la oposición. Y tercero y último, si las elecciones son libres y competitivas, no hay ningún “boom” de una commodity, y tenés pésimos indicadores socioeconómicos: gana la furia.

Sin embargo, a pesar de esa indignación de la ciudadanía, mientras en las PASO la participación ciudadana fue del 69%, en las elecciones de primera vuelta se evidenció un 77,6% y en el ballotage hubo una concurrencia del 76% del padrón. Si bien Argentina siempre ha llegado a una participación del 80%, considero que, para el enojo social generalizado que se reflejaba, el porcentaje ha sido considerable, teniendo en cuenta que tampoco ha sido alta la cantidad de votos en blanco y concurridos que se han contabilizado (Ámbito, 2023).

 

elecciones

Dicho esto, me interesa volver a lo mío y, ahora sí, contarles a donde ví esa luz al final del túnel. En primer lugar, debemos pensar que después de tanto tiempo de grieta entre peronistas y anti-peronistas, se vivió en las PASO una elección de tercios, en donde apareció una tercera fuerza disruptiva y desconocida (hoy ganadora) que marcó otro esquema en las elecciones de nuestro país. Algo que mi generación nunca había vivido y hoy vemos que es posible. “Esta vez Milei entró en el rancho sin pedir permiso: su voto es indiferente a la clase social, lo votan ricos y pobres en partes iguales. El peronismo perdió el monopolio de la representación de los descamisados” (Malamud, 2023, s/p).

En segundo lugar, algo que solo me interesa mencionar por nuestra patente de origen que tan bien llevamos a todo el mundo: nuestra complicidad con los nuestros. Nos encontramos en un ballotage en donde ambos candidatos tuvieron dos pilares fundamentales en sus campañas y se trató de alguien de su familia. En el caso de Milei, su hermana. En el caso de Massa, su mujer.

Sin embargo, en donde me interesa detenerme es en un punto muy importante: el comportamiento diferente de la ciudadanía tras el triunfo del libertario después del discurso de Sergio Tomás Massa frente a los primeros resultados, asumiendo la derrota. Sinceramente, no recuerdo tal acto en una celebración política en ámbitos públicos: la limpieza de los lugares estratégicos de festejos que se centraron en el Obelisco, Rosario, Mendoza, Tucumán, Córdoba y Trelew, rápidamente viralizados en redes sociales. Siguiendo la tradición japonesa de festejar pero no perder conciencia sobre nuestros actos y el daño que pueden generar; “se considera una forma de mostrar respeto por el lugar en el que se vive y de agradecer por la oportunidad de celebrar. También es una forma de inculcar en los niños el valor de la limpieza y el cuidado del medio ambiente” (Infobae, 2023).

 

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Otra buena acción ciudadana que me interesa destacar fue la participación de fiscales de diversos partidos únicamente por y para unas elecciones limpias y justas. Si bien, creo que en este punto colaboró mucho el acuerdo de la Libertad Avanza con un sector de Juntos por el Cambio, también entiendo que se trató de una cuestión que me gusta resaltar: los valores democráticos no están perdidos. En un año de festejos por el 40° aniversario de democracia ininterrumpida en nuestro país creo importante detenernos a reflexionar en esto. Sobre todo, porque la mayoría de aquellas personas que se presentaron eran jóvenes; aquellos que no les da lo mismo lo que sucede y no son apáticos con la política. Aquellos que entienden que también son responsables de lo que ocurre en Argentina y que pueden cambiar la historia.

Y, por último, adhiramos o no al nuevo gobierno que nos representará, hay dos acciones ejemplares que llevaron a cabo los representantes electos tras horas de la elección y me gustaría destacar: comenzaron a trabajar en lo que se viene un día feriado, inmediatamente después de ser electos. Festejaron y pusieron manos a la obra como corresponde, desde mi punto de vista. Y, como segunda acción a destacar, la rápida búsqueda por una reunión con el Presidente Alberto Fernandez, para un pacifico y ordenado traspaso de mando, coordinado en conjunto, algo que hacía años no se veía.

ELECCIONES: consideraciones finales

Tres aspectos que me hicieron creer que no está todo perdido: la participación de la juventud y sus ganas de formar parte de la política actual, con su interés en querer “poner los pies en el barro”; la democracia que teníamos tan golpeada y que, en estas elecciones, fue tan cuidada, con fiscales que no participaron solo por adherir y/o sentirse identificados particularmente con un partido, sino para que los comicios sean lo más limpios y justos posibles; y, por último, el festejo con todos lo que implica, pero recordando que lo público es de todos y lo que se ensucia, también debe ser limpiado.

Pues bien, otra conclusión a sacar es que se ha terminado de evidenciar que con pésimos indicadores sociales, la campaña de la democracia y los derechos no alcanza. Lo que pasó se podría resumir en que este peronismo habló con la democracia y la sociedad le contestó con la crisis (Rodriguez, 2023).

Hoy, tengo una luz de esperanza, pero no especialmente por quien nos gobierne, sino por todas estas pequeñas acciones que han salido en los medios y denotan a una ciudadanía que busca cambiar, que reivindica la democracia teniendo una alta participación en las elecciones que va más allá de la” multa” y que demuestra la importancia de abrir los espacios de participación, aprovechándolos y expresándose mediante el voto.

Firmemente, con sinceridad, no creo que esté todo perdido.

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