Por Facundo Castro
El pasado 12 de junio de 2025, Israel tomó una decisión unilateral que derivó en un ataque preventivo a gran escala contra la República Islámica de Irán. Se lanzaron varios bombardeos aereos dentro del pais, puntualmente en Teheran, donde se encuentra la planta nuclear Natanz, una de las principales instalaciones dedicadas al enriquecimiento del uranio, elemento escencial en el desarrollo de armamento nuclear. Los medios estatales iraníes confirmaron el asesinato del comandante de la Guardia Revolucionaria de Irán, Hossein Salami, en el primer ataque de la Operación León Ascendente de Israel, y no solo de este lider, sino tambien de dos importantes cientificos nucleares iranies.
Esta operación, bautizada como León Ascendentees, busca neutralizar la amenaza que representa el programa nuclear iraní, considerado por Israel como un peligro frente a la seguridad del país. Se espera que esta operación continúe durante varios días y se ha alertado de diferentes frentes de ataque, como por ejemplo posibles ataques desde el este, particularmente del grupo Huti en Yemen.
El secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, desde un comunicado de “The White House en la madrugada de este viernes que Estados Unidos “The White House”, aclara que la decisión fue totalmente tomada por Israel, aunque fueron avisados con antelación, justificando que era una acción necesaria para la defensa del propio país. A su vez Netanyahu (primer ministro israeli) afirmó que era un ataque que podría cambiar el rumbo de Israel y el futuro de Medio Oriente.
Mientras tanto Trump se encontraba en búsqueda de una solución diplomática, y a su vez, el pedido de la ONU a un alto al fuego en Gaza, parece cada vez menos posible, estando entre los países que votaron en contra, Estados Unidos e Israel.
¿Cómo justifica Israel el ataque?
Irán había cruzado un punto de inflexión decisivo. Los informes de inteligencia indicaban que el régimen había logrado enriquecer una cantidad suficiente de uranio como para fabricar aproximadamente 15 ojivas nucleares y que estaba llevando a cabo ensayos de manera activa. La velocidad, el alcance y la intención del programa habían evolucionado. Aquello que antes se conceptualizaba en términos hipotéticos se transformó en una amenaza concreta y operativa.
Este giro no ocurrió de manera aislada. Se produjo en paralelo con señales cada vez más claras de que Irán estaba suministrando armamento sofisticado y asistencia estratégica a sus aliados en la región, especialmente a Hamas y Hezbolá. Hallazgos recientes en la Franja de Gaza incluían piezas y materiales que evidenciaban el respaldo directo de Teherán, incluyendo la coordinación de ofensivas en distintos frentes. Irán no solo estaba en camino de construir un arma nuclear; estaba diseñando una estrategia de acción.
De acuerdo con fuentes militares de alto nivel, la operación fue autorizada cuando coincidieron tres factores clave: la aceleración repentina del proyecto nuclear, la prueba concreta de que Irán estaba consolidando una doctrina bélica regional, y el estrechamiento del margen para intervenir de manera eficaz. Para los encargados de planificar el ataque, este era el último momento viable para actuar antes de que la superioridad en inteligencia y capacidades operativas de Israel comenzara a deteriorarse.
¿Qué nos depara el porvenir de la región?
Lo que uno puede imaginarse con un primer vistazo, es una clara escalada del conflicto regional, debido al asesinato de figuras clave en el regimen irani. Una respuesta de Irán frente a estos ataques son prácticamente inevitables, tanto acciones directas como indirectas mediante sus aliados. Además, esto puede incentivar los esfuerzos nucleares iraníes en bases menos conocidas o subterráneas. Las tensiones y la desestabilización son cada vez más altas, involucrando también a otros actores como Líbano, Siria e Irak, y llegando a empeorar la situación en Gaza.
Aunque Trump esté “buscando” una solución diplomática, evidentemente avala técnicamente la acción israeli, y lamentablemente, la ONU carece de consenso para intervenir en el conflicto de forma efectiva.
Conclusión sobre el ataque de Israel
La operación “León ascendente”, llevada a cabo por Israel, representa un momento crucial en la tensa situación de Medio Oriente. Esta acción unilateral, posiblemente un punto de inflexión, revela las profundas preocupaciones y hostilidades que persisten en la región, evidenciando el temor y la tensión latente. La amenaza percibida de Irán, con su creciente influencia y capacidad militar, es un factor clave que subyace a las decisiones tomadas por Israel.
Además, la operación “León ascendente” pone de manifiesto la alarmante ineficacia de los mecanismos multilaterales en la resolución de conflictos en la región. A pesar de la existencia de organismos internacionales y acuerdos diplomáticos, las tensiones persisten y las acciones unilaterales continúan siendo una realidad. Esto sugiere una crisis en la capacidad de la comunidad internacional para abordar y mitigar los conflictos en Medio Oriente, dejando a las naciones involucradas recurrir a medidas propias.
