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Globalización y cultura: ¿más unidos o más divididos?

Por Rosario Ferrer

En un mundo globalizado, donde las barreras culturales, comerciales y políticas son cada vez más difusas, pensaríamos que nos estamos dirigiendo hacia un mundo aún más unificado, pero los matices culturales, históricos y religiosos de los conflictos contemporáneos nos demuestran lo contrario.

 

El mundo en la era de la globalización

Con el fin de la Guerra Fría y el comienzo del siglo XXI – en el que las tecnologías de la comunicación se desarrollan a ritmos sumamente acelerados – se dio inicio a un mundo totalmente distinto con una nueva agenda internacional atravesada por el fenómeno de la globalización y sus consecuencias, tanto para el sistema internacional, como para la población mundial.

Partamos por conocer en qué consiste este proceso. La globalización, siguiendo a Kaplan (2001), abarca y expresa fuerzas y procesos que comprenden la mayor parte del planeta; una multiplicidad de nexos e interacciones entre Estados y sociedades del sistema mundial, y de acontecimientos, decisiones y actividades en una parte del mundo, con consecuencias significativas para individuos y comunidades en muy distantes espacios del planeta. A su vez, la globalización expande el alcance de las relaciones de poder a lo largo y a lo ancho del globo, lo que significa un cambio muy importante para el nuevo orden mundial.

Podemos ver los efectos de la globalización en nuestro día a día cuando podemos conseguir artículos importados con gran facilidad, cuando recibimos las noticias de forma casi instantánea o, a un nivel más amplio, en los grandes temas en agenda de los organismos internacionales como son la pobreza, el cambio climático, la trata de personas y el narcotráfico. Hoy en día lo que sucede en una parte del mundo, afecta directa o indirectamente, a otra, debido a la creciente interdependencia que genera este fenómeno.

 

La globalización y acercamiento cultural

Como mencionaba anteriormente, la globalización acercó a comunidades de muchas partes del planeta, permitiéndoles compartir tradiciones, costumbres y valores de sus propias culturas; lo que generó una interesante mixtura de todas ellas. En la actualidad, tenemos cada vez más cosas en común con personas de todo el mundo – como resultado de los flujos migratorios y el comercio de bienes y servicios – lo que podría interpretarse como un importante paso o acercamiento a un mundo más integrado donde la discriminación y conflictos por motivos culturales quedarían en el pasado.

Pero, como podemos observar en los diversos conflictos que atraviesan al mundo,  la integración se da solo en lo económico (y de forma limitada), mientras que a nivel cultural, esto está lejos de ser una realidad…

Fragmentación y conflictos culturales

Beneyto Pérez (2007) afirma que los conflictos del siglo XXI tienen un origen muy diferente a los del resto de la Historia contemporánea. No tienen un origen territorial como los que se fueron dando a mediados del siglo XX desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Tampoco las principales motivaciones son de carácter ideológico, como en el orden mundial de la Guerra Fría, caracterizado por la intensa confrontación Este-Oeste y la formación de bloques opuestos. Los conflictos y antagonismos de la actualidad, si bien los motivos pueden ser luchas por poder, influencia, recursos naturales, etc; estos revisten argumentos de tipo cultural, histórico e incluso religioso. ¿Por qué? Precisamente, para legitimar moralmente las acciones políticas y/o militares que se llevan a cabo.

Este argumento retoma la teoría acerca de las Relaciones Internacionales de Samuel Huntington “Choque de civilizaciones” (1996), en la cual afirma que las divisiones de la humanidad de estos tiempos van a ser, principalmente, por razones culturales. En este choque se defiende y legitima la multiplicidad y la diversidad. Con él, surgen identidades de resistencia, construidas en torno a movimientos sociales proactivos (Scartascini, 2007).

Uno de los conflictos culturales de la actualidad más ilustrativos es la inmigración, principalmente de personas musulmanas, a Europa y su difícil integración – incluso de los que ya son de segunda o hasta tercera generación. La marginación que sufren lleva a que, en ocasiones, se formen “sociedades paralelas” donde se refuerzan los sentimientos, primero de desconocimiento y alejamiento, y luego de preocupación, desconfianza y odio (Beneyto, 2007). Esto genera un conflicto aún mayor que es la amenaza que supone el islamismo radical para la seguridad de Occidente, un elemento muy presente en las Relaciones Internacionales de las últimas décadas y  en los discursos políticos de extrema derecha.

globalización

Otros ejemplos son: la cuestión de Chipre, la isla todavía dividida en dos: una parte grecochipriota y otra turcochipriota; el conocido y violento caso de Jerusalén y la limpieza étnica de los rohingyas en Myanmar.

 

¿Una sociedad global, la solución?

La idea de una comunidad global o universal no es nada nueva, ni nació con la reciente globalización. Sus orígenes se remontan al siglo III a.C. en el Imperio romano con los cínicos, una escuela ética que reunía gran cantidad de extranjeros. Según esta escuela de pensamiento, todos los hombres – sin distinciones culturales – pertenecían a la comunidad universal por el solo hecho de poseer razón. Esta idea, luego fue tomada y desarrollada por los estoicos; después por los teólogos cristianos; y ahora está más vigente que nunca por la globalización.

A raíz de este proceso, surgen propuestas de integración mundial que alegan a la búsqueda de una comunidad global que vele por los intereses de la humanidad, remarcando la necesidad de regirnos por las mismas reglas para solucionar y prevenir este tipo de conflictos culturales. Ahora bien, estas propuestas traen aparejadas muchos interrogantes como, ¿quién debe organizar las reglas? ¿Bajo qué criterio/s? ¿Significaría una homogeneización cultural?, entre muchos otros.

En definitiva la disyuntiva sigue siendo la misma: ¿más unidos o más divididos?

 

 

Referencias

Avila., A. A. (n.d.). Cultura e identidad frente a la globalización. Aacademica.org. Retrieved August 11, 2023, from https://www.aacademica.org/abelardoa.alvarez.avila/2.pdf

Blasco, J. A. (n.d.). Ciudades divididas: El caso de Nicosia, una ciudad y dos capitales en Chipre. Blogspot.com. Retrieved August 11, 2023, from http://urban-networks.blogspot.com/2015/10/ciudades-divididas-el-caso-de-nicosia.html

Huntington, S. (1996). Choque de Civilizaciones.

Pérez, J. M. B. (2007). IDENTIDAD Y CONFLICTOS CULTURALES: LA NUEVA PERSPECTIVA DE LA SEGURIDAD. https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/2773601.pdf

Spadaro, S. (n.d.). Globalización – fragmentación – alteridad: un triángulo escaleno con aristas dinámicas. Aacademica.org. Retrieved August 11, 2023, from https://www.aacademica.org/000-024/21.pdf

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