La fiebre de Venezuela

Por Maria Belen Valdemoros

En Venezuela nombres como Capriles, Guaidó y ahora Machado o Gonzalez son los referentes de la actualidad en el país sudamericano. Actualidad manchada de sangre y un hostigamiento que ya no son dichos de un presidente en ejercicio de sus funciones, sino de un personaje que pretende establecerse en el poder a costa de destruir lo que queda de un país que supo ser una gran meca de oro negro.

Y es justamente este recurso natural el único que mantiene a una pequeña parte de la población, esperanzada con un futuro chavista mejor.

Esta fiebre por los hidrocarburos es explicada por Miranda Delgado “(…) En los países con alta dependencia de los recursos naturales, especialmente de los hidrocarburos, existe una tendencia a la sincronización de los ciclos económicos y los ciclos políticos y las políticas se ejecutan con una visión cortoplacista que fomentan la consolidación de una élite económica y política que construye una estructura en favor de sus intereses, generan dependencia de la volatilidad de los mercados internacionales, ya sea por los flujos de financiamiento externo asociados con estas actividades rentísticas o por los precios de transacción” (Miranda Delgado, 2016). 

Pero existía una realidad distinta a principios del siglo XX en Venezuela “Cuentan los exploradores que la desnutrición, la malaria, la fiebre amarilla y la anquilostomiasis diezmaban a la población; que burros y curiaras eran el medio de transporte tradicional; que los trayectos en ferrocarril eran reducidos y que para ir de Caracas a Maracaibo había que embarcarse en un barco que hacía escala en la isla de Curazao. Relatan que los pueblos no tenían caminos ni redes de agua potable ni de aguas negras, y que poblaciones más grandes carecían de servicios urbanos. Narran que, al caer la tarde, terrenos al descubierto eran invadidos por enjambres de insectos y al anochecer las viviendas eran escondrijos de chinches” (Osorio, 2015).

venezuela

“(…) Hugo Chávez asumió la Presidencia en febrero de 1999 en medio del peor colapso de los precios en los mercados petroleros mundiales en cincuenta años. “ (Mommer, 2003). Ya para el 2000 la relación con Colombia y USA cambia, “(…) Como nunca antes hubo un énfasis en el denominado tercermundismo, especialmente el no-occidental y anti-estadounidense.(…) (Miranda Delgado, 2016)”; se produce un mayor acercamiento a Brasil y se da un aumento de los precios del petróleo.

“Los altos precios del petróleo permitieron las lógicas clientelares, lo que deterioró las instituciones y derivó en una mayor discrecionalidad del Presidente en las decisiones políticas, incluidas las dirigidas al exterior (Miranda Delgado, 2016)”.

Representando más de la mitad del presupuesto nacional para los años 1930, el financiamiento estatal y privado reforzó este mercado, quedando atadas al impredecible mercado internacional. “Gran parte de la significancia de Venezuela en la geopolítica energética mundial se debe a la cercanía geográfica que tiene con los Estados Unidos, que es una posición estratégica para abastecer su demanda energética y podría aliviar las tensiones que esta potencia mantiene en las zonas de gran producción y de altos conflictos. Venezuela es el tercer proveedor de petróleo para Estados Unidos (Miranda Delgado, 2016)”.

Sin embargo, no supo aprovechar la bonanza, se endeudó en exceso y la falta de inversión provoca que actualmente el Gobierno venezolano se encuentre sin reservas y la población viva para sobrevivir, teniendo una economía dual donde se utiliza el dólar  (remesas extranjeras), el bolívar y el trueque (Salmerón, 2019). Con una inflación que en 2022 fue de 234% y en 2023 de 189,3% (Statista Research Department, 2024).

El petróleo ha permitido que Venezuela tenga una presencia e intensidad internacional que no se corresponde con su extensión geográfica y demográfica, ni con su nivel de desarrollo económico ni con su poder real (capacidad militar). Esta es la principal continuidad histórica de la política exterior venezolana: la variable petróleo como la condicionante del nivel de activismo de su política exterior. (Miranda Delgado, 2016)”.

En resumen, el petróleo ha sido y es un elemento fundamental en la economía y política venezolana, pero no es la pieza fundamental que mantiene en el poder al actual dictador Maduro, sino que ha logrado desmantelar la producción nacional para depender de actores extranjeros con posiciones políticas similares, como la República Popular China y la Federación Rusa (Padinger, 2024).

 

Bibliografía

Miranda Delgado, R. G. (2016). Dialnet. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=5720192

Mommer, B. (2003). Obtenido de http://sch.pdvsa.com/interface.sp/database/fichero/article/524/1.PDF

Osorio, G. D. (2015). Scielo.org. Obtenido de Scielo: https://ve.scielo.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=s1012-25082015000100009

Padinger, G. (2024). CNN. Obtenido de https://cnnespanol.cnn.com/2024/08/13/analisis-rusia-china-maduro-elecciones-intereses-venezuela-orix/

Salmerón, V. (2019). INFOBAE. Obtenido de https://www.infobae.com/america/venezuela/2019/11/16/los-cinco-hilos-que-mantienen-a-nicolas-maduro-en-el-poder/

Statista Research Department. (2024). Statista Research Department. Obtenido de https://es.statista.com/estadisticas/1190213/tasa-de-inflacion-venezuela/

 

 

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