Por Alfonso Lorenzo de Olmos
La Guerra Civil Española fue un conflicto armado que tuvo dos bandos. Entre ellos estaban los republicanos contra los golpistas nacionalistas, bajo el comando de Francisco Franco. Dicha lucha por España duró 3 años y sembró las semillas del futuro caos que se avecinaba en Europa meses después.
España Antes de la Guerra Civil
Desde la Independencia de las Américas en el siglo XIX, España colapsó en todos los sentidos. Desde lo político, lo social-económico y lo militar. Esto llevó a que España estuviese atrasada en su desarrollo, incluso en la época de la Primera Revolución Industrial. Esto se debió a las diferencias comerciales y económicas que algunas regiones del país ibérico vivían, lo que llevó a que surgiesen de forma silenciosa las identidades separatistas.
Entrando al siglo XX, el panorama no era diferente. España había perdido Cuba ante los Estados Unidos y tuvo cambios de gobierno que fueron desde monarquías parlamentarias hasta republicas, cuyos resultados no fueron del todo positivos. Sumando a ello, se empezaba a hablar de las identidades regionales como las de Cataluña y el País Vasco, entre otros. A su vez, se armaban grietas sociales por diferentes ideologías con la intención de alterar el carácter hispánico. Principalmente entre católicos, liberales y ateos, cosa que aumentarían en las primeras décadas del siglo XX.
A pesar de su neutralidad en la Primera Guerra Mundial y la pandemia que cobró millones de vidas en la llamada “Gripe Española”, las fuerzas armadas españolas lograrían prevalecer en la Guerra de Marruecos en 1919. Sin embargo, con la corrupción llegando a niveles más allá de cualquier explicación, surgió un gobierno militar de facto bajo el reinado de Antonio Primo de Rivera que gobernaría España por siete años (1923-1930). España tuvo su debida recuperación y prosperidad. Pero con la crisis de 1929, Rivera tuvo que abandonar el cargo, seguido por el regreso de la República en España, una vez que el rey Alfonso XIII huyó junto con su familia a París.
Con la monarquía fuera del camino, elementos vinculados al anarquismo y el comunismo internacional intentarían cambiar a España por todos los medios que estuvieran a su alcance. Incluso mediante el ataque al clero. El más notorio de ellos antes de 1936 sería la expulsión de los Jesuitas del país en 1931, al igual que la persecución a la reciente formada secta católica, el Opus Dei, creado en 1928, por José María Escrivá de Balaguer.
Pero el evento que sembró el camino a la Guerra Civil fue la victoria del Frente Popular en Febrero de 1936, lo que llevó a cierta parte de la sociedad a cuestionar la legitimidad del resultado electoral. Pero eso no terminaría bien y el resultado serían arrestos y censura a todo el lado derechista. Seguido de ello, empezaron a realizarse nuevos ataques masivos contra el clero de forma salvaje e indiscriminada. Desde los incendios a las iglesias hasta las brutales muertes de sacerdotes y obispos y violaciones hacia las monjas en los cientos.
El Golpe de Estado que Inició Todo
El destino de España tendría un giro decisivo gracias a un cuerpo institucional que tenía la opción de poner fin a la locura que dominaba el país. Ese cuerpo fue una vez más las Fuerzas Armadas, que ya no podían tolerar la situación y en su punto de vista, era una situación de ahora o nunca.
Dentro de las Fuerzas Armadas se encontraban los generales Francisco Franco, Emilio Mola y José Sanjurjo, que dieron decidido alzarse contra el gobierno y restaurar a España. El golpe comenzó el 17 de julio de 1936 en el Marruecos español, donde Franco y sus tropas rápidamente obtuvieron el control. Al día siguiente, el golpe se extendió a la España continental, con Mola y Sanjurjo liderando la rebelión en el norte y el este.
Desafortunadamente, el golpe fracasó y los generales Mola y Sanrujo murieron en el día del evento. Ante ello, Franco tomó cargo completo y meses después será reconocido como líder del bando nacional en septiembre de 1936, ya no más de dos meses después del levantamiento.
En cuanto a la respuesta del gobierno hacia el intento del golpe de estado, se disolvió gran parte de las fuerzas armadas a coaliciones armadas y guardias civiles que eran leales hacia el gobierno republicano. Más allá de ello, el conflicto ya estaba desatado de todas formas y los dos bandos estaban decididos a hacerlo por el destino de España. Por un lado, los rebeldes nacionalistas que contaban con el apoyo de toda la comunidad católica, los conservadores de derecha y las milicias de la Falange, quienes más tarde tendrían el apoyo de parte de Portugal, Italia y Alemania, liderados por Antonio Salazar, Benito Mussolini y Adolf Hitler. Por el otro, los Republicanos bajo el gobierno del frente Popular, los sindicatos, las guardias civiles y los voluntariados internacionales comunistas, con ayuda de la Unión Soviética.
1936-1939: La Contienda en su Conjunto
La violenta guerra civil española duró casi tres años en donde tuvo lugar batallas decisivas en tres frentes. El frente del sur, el frente del norte y el frente de Madrid, este último siendo la más larga batalla de toda la guerra misma y a su vez llegó a simbolizar la división que existió en esos momentos.
En cuanto al frente del sur, Franco y sus tropas tuvieron que establecer una cabecera de playa cerca de Granada para que las fuerzas provenientes de Marruecos pudieran desembarcar y a su vez establecer conexiones con el frente del Norte. De todas formas, el sur no fue un asunto sencillo para el General Franco en el curso de la guerra, sobre todo por Cataluña que estaba a favor de los republicanos y dieron bastante lucha contra los nacionalistas. Las batallas de Valencia y Barcelona que tuvieron lugar en los años 1937 y 1938 fueron las luchas más ejemplares del frente sureño. Lo mismo se puede decir en las contiendas donde los republicanos asediaron a los rebeldes por días y estos resistieron de forma épica, como por ejemplo el Sitio de Alcaraz.
Por el lado del Frente Norte, el dominio de los nacionalistas fue notorio, gracias a que las regiones del Norte de España eran antirepublicanas. A su vez, los nacionalistas tuvieron apoyo de los vascos, por su fuerte apego al catolicismo, cosa que los republicanos no lograron eliminar más allá de las promesas de independencia de España. Pero el evento que marcó el frente del Norte fue la división aérea alemana bombardeó la localidad de Guernica y la ciudad fue devastada. Este momento sirvió para que los republicanos usasen este ataque para que se sintiesen víctimas y a su vez obtuviesen la simpatía de la prensa global para repudiar al bando nacionalista. De todas formas, los republicanos se autodestruían de forma interna por sus intereses y a su vez por su falta de organización militar, a causa de las purgas que intentaron llevar a cabo, lo que facilitó los triunfos de sus adversarios en el plano militar.
La guerra civil llegó a su fin el día 1º de abril de 1939, cuando Madrid después de años de cruces armados y armada resistencia cayó ante los nacionalistas. La guerra finalizó con un estimado número de entre 651.000 y un máximo de 735.000 bajas en ambos bandos, incluyendo la población civil.
La victoria del General Francisco Franco tuvo sus repercusiones y consecuencias que afectaron tanto a España, como al resto de Europa. En el lado de España, Franco llegaría a ser gobernante del país ibérico, en donde restauró la economía de España y al clero católico en su conjunto, con el retorno de los Jesuitas y la instalación del Opus Dei en su gabinete. También pavimentó la transición de España en una monarquía a partir de 1947 y entregaría el mando a Juan Carlos I de Borbón en 1973 y después falleció el día 20 de noviembre de 1975. Mientras que por parte de Europa, esto causó en los países democráticos a preocuparse del crecimiento del fascismo pero a su vez siendo ignorantes de la latente amenaza del comunismo, que acechaba desde la Unión Soviética, cosa que se vería por parte de ambos extremos, con la Segunda Guerra Mundial, que iniciará meses después.
Conclusión
La Guerra Civil Española fue sin dudas un conflicto armado que deja mucho para hablar y a su vez, es un evento que sirve de advertencia histórica a lo que puede pasar dentro de una nación. Sobre todo cuando los lados extremos llegan a la inevitable opción de recurrir a la violencia armada, cuyas consecuencias terminan siendo nefastas para toda la sociedad.
A su vez, siempre hay que tener en cuenta que situaciones de corte política y social no ocurren al instante, sino que toman tiempo para finalmente estallar.
Bibliografía
- Spain 1923-1948 Civil War and World War. Loveday, Arthur F.
- The Battle for Spain. Beevor, Anthony.
- The Spanish Civil War. Payne, Stanley G.