Si ser directivo de una empresa petrolera es uno de los trabajos más lucrativos y beneficiosos, no lo es tanto ser habitante de uno de los principales países productores de petróleo. La lógica nos hace pensar que los paises con abundantes reservas de recursos petrolíferos y gasíferos son aquellos que tienen mayor potencial de desarrollo y crecimiento económico. Sin embargo la realidad supera a la lógica y muestra que este supuesto factor de poderío económico es más una maldicion que una bendición para algunos países.
PetroEstados; aquellos países que debido a la abundancia de reservas de recursos con las que cuentan, presentan una economía poco diversificada. La razón es que dependen exclusivamente de los ingresos de un sector específico (sea gas, petróleo o algun otro recurso) lo que desincentiva el desarrollo de cualquier otra actividad económica.
Los paises que ingresan en esta calificación suelen ser aquellos en vías de desarrollo; poseen instituciones débiles, desindustrialización, un sector público ineficaz, y una gran disparidad de poder y riqueza. Todo lo anterior suele traducirse en gobiernos autoritarios y dictaduras. Casos puntuales son Nigeria, Angola, Chad,Egipto, Irán, Arabia Saudí, Sudán, Venezuela, entre otros. El rasgo que los posiciona en esa situación es que al momento del hallazgo de sus fuentes de recursos, no contaban con instituciones económicas y democráticas sólidas y consolidadas, y mucho menos eran países establecidos. Se trata de Naciones que sufrieron la puja de diferentes metrópolis por sus tierras y sus riquezas, y que lograron su independencia a fines del siglo pasado.
A finales de los años 70 y principios de los 80, tras casi una década de crecimiento, estas economias petroleras comienzan a presentar disminuciones en sus tasas de crecimiento que. “La maldicion de los recursos” es uno de los tantos nombres que se le da a este fenómeno. Concepto que se refiere a la relación negativa que existe entre los recursos naturales y el desarrollo económico. Así, aunque la economía siga creciendo a un menor ritmo, el desarrollo de la misma se frena generando menor bienestar a la población.
Ahora bien, vale aclarar que la abundancia de oro negro no se presenta como un mal en todos los casos. Países como Estados Unidos, Gran Bretaña y Noruega lograron sacar provecho de los verdaderos beneficios que aquello atrae.
La paradoja del petróleo y la pobreza
Razones para esto sobran, hay gran cantidad de teorías que intentan explicar desde diferentes puntos de vista esta cuestión. Algunos atribuyen la culpa al mercado, otros a los gobiernos, otros a los recursos en sí, y otros creen que no hay tal crisis.
En este artículo resumiré las razones en:
Por un lado, al depender totalmente de los ingresos de un sector, sus economías están constantemente expuestas a las fluctuaciones de los precios y del flujo de efectivo que genere la producción. Es decír, sus monedas pueden devaluarse (disminuye el valor de la moneda, resultan más caras monedas extranjeras) y volver a revaluarse en cualquier momento. Esto genera efectos tanto externamente como internamente; en el primer caso afecta su competitividad a nivel internacional, y en el segundo induce la caída del ingreso real de las personas que no pueden protegerse del incremento de los precios. En definitiva, su economía además de ser poco diversificada se torna inestable e impredecible.
Y por otro, la producción de estos recursos suele ser monopolizada por el Estado, por ende, la mayor parte de la población no tiene acceso a la riqueza que generan los ingresos del petróleo y del gas, lo que deriva en altos índices de pobreza.
Podríamos afirmar entonces que ingresos petroleros y democracias presentan una correlación inversa; al aumentar los primeros erosionan las segundas. El aumento de los ingresos en manos del gobierno le permite: reforzar cuerpos de seguridad, sobornar oponentes, comprar apoyo público y resistir y extorsionar las represalias internacionales.
La manipulación de recursos (más específicamente el petróleo) se vuelve así razón de conflictos que suelen disfrazarse de guerras religiosas o civiles, cuando lo único que hay detrás de ellas son intereses políticos y económicos. Es un círculo vicicioso: recursos, mala administración, pobreza, autoritarismos, inestabilidad.
La cura de la transparencia
Se estima que la principal cura para esta paradoja es una mayor transparencia en la gestión de los beneficios de las industrias extractivas, tanto a nivel empresarial como estatal, con el objetivo de frenar las acciones de corrupcion y enriquecimiento ilícito.
Resulta de interés, mencionar la idea de Joseph E. Stiglitz quien propone políticas micro y macroeconómicas bien diseñadas y precisas, para abatir los efectos de una mala administración del capital natural y así, lograr el mayor beneficio posible. Las políticas a la que refiere deberían tener en cuenta acciones para limitar y controlar la extracción con dos objetivos: facilitar la contabilidad y la transparencia de la gestión de ingresos y gastos del gobierno. Y lograr un mayor control sobre los recursos, su agotamiento y el deterioro ambiental.
El BM y el FMI impulsaron acciones en pos de ello, como la Iniciativa de Transparencia de las Industrias Extractivas (ITIE). Un programa voluntario que impulsa la transparencia de acción y la contabilidad de los ingresos del sector extractivo.
A esos “esfuerzos” se podrían sumar otros como que los paises del G-8 respalden sus palabras con acciones fomentando los principios comentados anteriormente y aumentar la asistencia internacional hacia los “Petro Estados” evitando acciones que despierten rechazo en el pais en cuestión.
Conclusión
El tema es muy complejo y variado, hay muchas explicaciones formuladas sobre el fenómeno hablado. Pero hay un aspecto del que se habla poco y al que considero muy importante. El quid de la cuestión está en la naturaleza sociocultural de este tipo de Estados, en lo cual su historia tiene mucha influencia. Es posible que su noción de desarrollo sea “distorsionada” para algunos, aunque yo creo que es simplemente diferente a la de la mayoría. Puede que su concepcion de pobres y ricos no se base en una falta de educación, de leyes y de emprendimientos; sino simplemente en que algunos tienen dinero y otros no. Se forma entonces una visión generalizada que consiste en que alguien le roba a la nación; entonces para ser ricos y poder desarrollarse se debe frenar esa intervención. Así al contrario de lo que nosotros esperaríamos, la movilización social no es para con sus propios gobiernos sino para con los gobiernos extranjeros.
De nuevo, todo se remonta a su idiosincracia, y a su pasado de explotación colonial (no tan pasado).
Así, si no hay descontento social, o hay pero no tan grande como para hacerse escuchar, es difícil que cambie la situación política y económica del país. Por ello es tan necesaria una diplomacia concertada y dirigida a una mejora de la gestión presupuestaria y a la responsabilidad y transparencia de gastos. Sin embrago esa diplomacia debe considerar aquella realidad sociocultural para evitar alimentar sentimientos de rechazo en la población. Los precios del petróleo pueden bajar tan fácil y rápido como pueden subir, y es crucial garantizar la estabilidad mundial, sin generar mayor inestabilidad regional.
Bibliografía
CONGRESO DE ESTADOS UNIDOS (2008). The petroleum and poverty paradox: assessing U.S and international community efforts to fight the resource curse. (110TH CONGRESS PRT. 2d Session). Recuperado de https://www.gpo.gov/fdsys/pkg/CPRT-110SPRT44727/pdf/CPRT-110SPRT44727.pdf
JOSEPH E. STIGLITZ, De la maldicion a la bendición de los recursos. (2012)
EITI, Datos abiertos del EITI. https://eiti.org/es/datos
COMPROMISO EMPRESARIAL. Petroleras ricas, petro-estados pobres: la tarea pendiente. (2009) Recuperado de http://www.compromisoempresarial.com/rsc/2009/10/petroleras-ricas-petro-estados-pobres-la-tarea-pendiente/
Autor
Guillermina Nicola. Estudiante avanzada de Relaciones Internacionales por la Universidad Empresarial Siglo XXI.
