Por Juan Cruz Vicentini
Portugal conmemora este 25 de abril el 50 aniversario de la revolución de los claveles, el último golpe de estado que puso fin a más de 40 años de dictadura cívico/militar llamada Estado Nuevo, y llevo a la instauración de la democracia y el respeto por los derechos humanos.
¿Qué fue el Estado Nuevo?
Fue un régimen autoritario que gobernó el país desde 1933 hasta 1974. Este régimen, liderado principalmente por António de Oliveira Salazar, se caracterizó por ser conservador, autocrático y basado en ideologías nacionalistas y corporativistas. Bajo el nombre de Estado Novo, se restringieron las libertades políticas, se reprimió a disidentes y se enfocó en la recuperación económica. Si bien se piensa que esta dictadura estaba manejada por militares más bien esta era una de corte civil.
La filosofía política del Estado Nuevo se basaba en una interpretación cercana de la doctrina social católica, con un sistema económico corporativista destinado a prevenir la lucha de clases y de priorizar los valores sociales sobre las preocupaciones económicas. Se creó un nuevo estado corporativista que representaba a grupos de interés en lugar de a individuos, con el objetivo de dar prioridad al interés nacional sobre las demandas sectoriales.
Salazar se opuso al comunismo, socialismo y liberalismo, promoviendo políticas pro-católicas, conservadoras y nacionalistas. Su programa buscaba mantener a Portugal como un imperio pluricontinental, financieramente autónomo y políticamente independiente de las superpotencias dominantes, siendo una fuente de civilización y estabilidad para las sociedades de ultramar en las posesiones africanas y asiáticas.
Finalmente, este modelo llegó a su fin con la Revolución de los Claveles de 1974, liderada por el “Movimiento de las Fuerzas Armadas” y que resultó en el establecimiento de un gobierno democrático en Portugal.
¿Qué fue la Revolución de los Claveles?
Fue un levantamiento militar y popular que tuvo lugar el 25 de abril de 1974. El mismo fue liderado por jóvenes militares de izquierda llamados “Movimiento de las Fuerzas Armadas” que se negaban a seguir luchando las guerras colonialistas portuguesas, y contó con el apoyo del pueblo, harto de la violencia de Estado y la falta de libertades
Estos jóvenes oficiales estaban descontentos con el régimen y buscaban principalmente la retirada de las colonias de África, elecciones libres y la supresión de la policía política portuguesa.
La revolución comenzó cuando los militares, que llevaban varios meses planeando el levantamiento, difundieron por radio una serie de mensajes pidiendo el fin de la dictadura y el establecimiento de un gobierno democrático. Los mensajes fueron acompañados por la interpretación de dos canciones, “Grândola, Vila Morena” de José Afonso y “E depois do adeus” de Paulo de Carvalho, que habían sido prohibidas por el régimen.
Luego, los oficiales militares tomaron el control de instalaciones clave en Lisboa, la capital de Portugal, y de otras ciudades importantes, al mismo tiempo se les unieron miles de civiles que salieron a las calles para apoyar el levantamiento. La revolución fue en gran medida pacífica, con civiles y soldados intercambiando flores, particularmente claveles, como símbolo de la naturaleza pacífica del levantamiento.
La revolución tuvo importantes logros, además de derrocar al régimen y establecer un gobierno democrático, pudo disolver a la policía política del régimen y liberar a los presos políticos. También el nuevo gobierno pudo lograr uno de sus principales objetivos que fue retirar a las tropas portuguesas de sus colonias en África, que habían sido una importante fuente de controversia y conflicto durante la dictadura.
Cabe aclarar que La Revolución de los Claveles se celebra como fiesta nacional en Portugal, conocida como Día de la Libertad, y es un símbolo del compromiso del país con la democracia y los derechos humanos.
Consecuencias de la revolución de los claveles
La revolución de los claveles tuvo un gran impacto en los ámbitos económicos, sociales y en la política exterior.
Antes de la revolución, Portugal era una economía subdesarrollada, con un sector agrícola ineficiente y un sector industrial poco competitivo. La guerra colonial en África también desempeñó un papel importante en la economía portuguesa, ya que el gasto militar absorbió una gran parte de los recursos del país.
Después de la revolución, se produjeron cambios profundos, incluyendo la modernización de los sectores económicos tradicionales como la agricultura y la pesca y la creación de nuevos sectores como la industria manufacturera, además, se observó una reprivatización de una parte importante del sector público, se formó un sistema moderno de producción y consumo, y el volumen del PIB se multiplicó por seis. La exportación de bienes y servicios también creció exponencialmente.
Además, la inversión extranjera desempeñó un papel crucial en el desarrollo y diversificación de la economía portuguesa, con proyectos como la construcción de la factoría de automóviles Auto Europa en la ciudad de Palmela, que se convirtió en un líder de la industria nacional y contribuyó a la modernización técnica del país.
La revolución también tuvo un gran impacto en la sociedad portuguesa, ya que el nuevo gobierno termino con la censura y la libertad de expresión, legalizo los partidos políticos y la celebración de elecciones libres. Cabe mencionar que la clase obrera portuguesa, aprovechó la oportunidad para reclamar sus derechos laborales y mejorar sus condiciones de vida. donde desempeñó un papel protagonista en la revolución, y sus luchas y reivindicaciones fueron decisivas para el éxito de esta.
Además, la revolución generó tensiones entre los diferentes sectores del ejército y la sociedad lo que llevó a una situación de inestabilidad política que se prolongó hasta finales de 1975. Donde antes de llamar a elecciones en junio de 1976 dos militares ocuparon el sillón presidencial António de Spínola y Francisco da Costa Gomes.
Finalmente, en las elecciones de 1976 los portugueses recurren a las urnas para elegir con el 61.5% de los votos a el candidato António Ramalho Eanes. Estas elecciones reflejaron la transición política que vivía Portugal en ese momento, marcada por la Revolución de los Claveles y el proceso democratizador que siguió a la caída del régimen autoritario.
Política exterior después de la revolución
Con respecto a la política exterior, la Revolución genero importantes cambios en Portugal y en el mundo. El golpe de estado se produjo en un momento de inestabilidad política en el sur de Europa y en un contexto de contención entre las dos grandes potencias, Estados Unidos y la Unión Soviética.
El levantamiento llevó a la independencia de Guinea-Bissau, Cabo Verde, Santo Tomé y Príncipe, Angola y Mozambique, aunque sin imponer garantías democráticas a los nuevos gobiernos.
Esto tuvo implicaciones en la política exterior de Portugal, ya que el país se convirtió en miembro de la OTAN durante el proceso revolucionario, lo que generó tensiones con los países del bloque soviético.
Con respecto al ingreso de Portugal a la Unión Europea, este fue un proceso largo que comenzó en la década de 1970, cuando los dirigentes políticos del país declararon el objetivo de unirse a la Comunidad Económica Europea como meta fundamental de su política exterior. La solicitud de adhesión de Portugal se presentó en 1977 bajo el mandato del presidente y el país se convirtió en miembro en 1986, junto con España. El proceso de adhesión no fue sencillo, y varios factores económicos y políticos influyeron en el calendario y las condiciones para la entrada de Portugal en la UE.
La economía de Portugal era relativamente pequeña, y la industria textil del país y el gran número de trabajadores emigrantes hicieron que su integración en la Comunidad Europea fuera más desafiante. sin embargo, factores como el precedente sentado por la adhesión de Grecia y el apoyo del Reino Unido, liderado por Margaret Thatcher, ayudaron a fortalecer la solicitud de adhesión de Portugal.
El proceso de adhesión implicó varios pasos, incluida la negociación de las condiciones de membresía, la implementación de reformas económicas y políticas y la ratificación del tratado de adhesión por parte del Parlamento portugués y los estados miembros de la Comunidad Europea. El proceso finalizó en 1986, cuando Portugal se convirtió en miembro de pleno derecho de la Comunidad Europea, que más tarde se convirtió en la Unión Europea.
Desde su adhesión, Portugal ha sido un miembro activo de la UE, participando en diversas áreas políticas, incluido el mercado único, la eurozona y el espacio Schengen. El país también se ha beneficiado de la financiación de la UE, que ha contribuido a su desarrollo económico y a su modernización. La membresía de Portugal en la UE también ha facilitado su integración en la economía global, convirtiéndose el país en un actor importante en varios sectores, incluidos el turismo, la tecnología y las energías renovables.
En conclusión, la Revolución de los Claveles en Portugal fue un hito histórico que no solo marcó el fin de décadas de dictadura y represión, sino que también abrió las puertas para que Portugal se involucrara con la comunidad internacional y redefiniera su papel en el mundo, alejándose de una historia de autoritarismo y colonialismo hacia un enfoque más democrático y cooperativo.
Este evento emblemático no solo transformó el panorama político de Portugal, sino que también tuvo un impacto significativo en la descolonización africana y en la promoción de la democracia a nivel global. Nadie lo sabía en ese momento, pero la revolución portuguesa fue el arranque de lo que Samuel Huntington, un científico político de Harvard, más tarde llamó “la tercera ola de la democratización” en el mundo. Tal como Huntington señala en su libro con ese nombre, durante los siguientes quince años unos treinta países pasaron del autoritarismo a la democracia.
La Revolución de los Claveles no solo simbolizó la esperanza y el poder del pueblo para impulsar el cambio, sino que también inspiró movimientos democráticos en todo el mundo, consolidando su lugar en la historia como un momento crucial en la lucha por la libertad y la justicia.
