Neocolonialismo francés en África

Por Francisco Urbisaglia

Oficialmente las colonias francesas en África fueron absueltas entre las décadas del 50´ y 70´. Sin embargo, hasta nuestros días su presencia y dominio no ha terminado. Aunque no cuente con presencia militar y gubernamental directa, Francia actualmente se encuentra presente en el continente con un gran control político, económico y militar, esta relación que mantiene el país galo con sus ex colonias se ha denominado  “Francáfrica”. A pesar de las décadas transcurridas, estos países africanos no pudieron desarrollar la emancipación que tanto anhelaban con sus independencias, a causa de las potencias extranjeras, entre ellas Francia, quienes se asentaron en los países mediante nuevos mecanismos de poder y dominación.

Origen del Neocolonialismo francés

Finalizada la Segunda Guerra Mundial, el Imperio francés quedó debilitado, las crisis aparecieron y las olas africanas independentistas empezaron a surgir, por lo que el desmoronamiento del imperio estaba por suceder.

Con el pasar de los años, el fracaso de la IV República francesa, las independencias de Marruecos y Túnez y la catastrófica situación en Argelia, condujeron a la Crisis de Mayo de 1958 que produjo la remoción de la IV República y el ascenso de la V República con Charles de Gaulle como autoridad máxima.

Con De Gaulle al mando, se empezó a tratar la cuestión colonial de otra manera, porque era imposible mantener el sistema colonial bajo la mano dura o el fracasado régimen de la Unión francesa (dictamen constitucional de la IV República que proponía la igualdad entre metropolitanos y habitantes de ultramar y legislación especial para cada territorio).

Debido a esto, propone a los territorios africanos un régimen denominado Comunidad francesa, el cual determinaba: 1) un presidente de derecho representado por la República francesa; 2) un senado con igual cantidad de senadores franceses y de cada pueblo africano;3) un tribunal de equilibrio de poder y competencias entre los estados miembros; 4) un consejo ejecutivo compartido. Además, cada pueblo africano podía votar su adhesión al mismo.

En un principio, todos los estados aceptaron la propuesta, exceptuando Guinea que la rechazó y se independizó. No obstante, los territorios africanos no veían un futuro prometedor del ente político, por lo que tuvo poca duración y empezaron nuevamente los reclamos independentistas. Ante esta situación, De Gaulle no impidió la emancipación pero impuso una serie de requisitos que los líderes africanos aceptaron. De esta manera, Francia pasó de una comunidad institucional a una comunidad contractual, ya que ahora la relación entre Francia y sus excolonias sería mediante acuerdos de “cooperación”, que tendrían las siguientes condiciones: instaurar cuarteles franceses en los nuevos países, heredar las deudas coloniales e implementar dos divisas distintas bajo el nombre de Franco CFA, una para el África occidental y otra para el África central. Una vez aceptadas, nacieron en 1960 trece estados: Camerún, Senegal, Togo, Benín, Níger, Burkina Faso, Costa de Marfil, Chad, República Centroafricana, República del Congo, Malí y Mauritania. Por su parte, Argelia obtuvo su independencia en 1962, tras superar una cruenta guerra y acordar ciertos requisitos impuestos por Francia.

Nació de esta manera un nuevo escenario donde los países africanos se encontraban bajo la tutela de Francia, el neocolonialismo francés.

Neocolonialismo luego de las independencias hasta la actualidad

Desde la independencia de las colonias africanas, Francia mantiene una relación de clientelismo con estos países, que explicaremos a continuación a través de tres dimensiones claves.

Dimensión económica

Un factor clave en la influencia económica de Francia fue el Franco CFA, el cual ha llevado a los países africanos a tener una dependencia económica de Francia. Esto se debe a que el banco central de Francia puede vetar las decisiones que tomen los bancos regionales africanos. Además, la mitad de las reservas de divisas de cada país deben ser depositadas en el tesoro nacional francés. Por último, esta moneda está ligada al euro, por lo que si el euro se devalúa o revaloriza, el Franco CFA seguirá la misma tendencia, impidiendo que los estados africanos puedan controlar la inflación o sus deudas públicas.

Por otro lado, hay una gran presencia de empresas galas en la región que extraen oro, metales, algodón, petróleo y uranio principalmente, que son repatriados a Europa sin complicaciones por el tipo de cambio libre entre el Franco CFA y el euro, situación que no ocurre con el cambio entre Franco CFA occidental y Franco CFA central, que son completamente distintos y dificultan la integración y desarrollo de estas regiones.

Dimensiones política y militar

En el ámbito político, desde los inicios de la independencia de los países africanos Francia procuró mantener en el poder a líderes francófilos ( líderes afiliados a los franceses, que hablaban el francés y eran parte de las élites del país europeo), por lo que en igual medida apoyó y derrocó regímenes gubernamentales.

Francia realizó intervenciones militares en los países africanos con el objetivo de proteger los recursos naturales y mantener en el poder a los gobiernos alineados a sus intereses. Francia desde los 60 hasta la actualidad intervino en decenas de conflictos, entre los que podemos destacar el conflicto entre Libia y Chad, la crisis de Bizerta, el conflicto de Malí, entre muchos otros. Francia no solo intervino en conflictos, sino que también tiene bases militares en gran parte del continente.

Conclusiones del neocolonialismo francés

Es clara la presencia francesa en el continente africano hasta el día de hoy, que ha favorecido mucho más a los europeos que a los estados africanos, quienes debido a su inestabilidad política, el poco desarrollo económico y social y las constantes guerras no han podido desligarse de la situación de clientelismo en la que están incertados.

Para finalizar, la única amenaza real de que este neocolonialismo termine es la gran presencia de China en la región. A diferencia de Francia, China invierte en la industrialización e infraestructura de los países, buscando que estos sean sus socios comerciales y no meramente clientelismo e intervencionismo como hace Francia. A decir verdad, muchos proponen que en realidad China se encamina hacia un clientelismo, esto dependerá del análisis que realice cada uno.

 

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