Por Yamil Román Gonzalez Busto
En el presente artículo, emprenderé un análisis exhaustivo del neorrealismo, con el objetivo de comprender su aplicabilidad y manifestación en el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por el control de Nagorno Karabaj. El Neorrealismo nos ofrece un marco interpretativo para analizar cómo la distribución del poder y las capacidades militares influyen en las estrategias de seguridad nacional y la política exterior de los estados.
La pesada herencia soviética
El conflicto de Nagorno-Karabaj, marcado por tensiones étnicas y disputas territoriales ha llevado a ambos países a una carrera armamentística y a la búsqueda de alianzas con potencias regionales e internacionales, reflejando la lógica de equilibrio de poder que el Neorrealismo identifica como fundamento central en las relaciones internacionales. A través de este análisis, se pretende no sólo esclarecer las dinámicas de poder en juego, sino también contribuir a una comprensión más profunda de las políticas de seguridad y las interacciones interestatales.
El Alto Karabaj es una región montañosa dentro de los límites de Azerbaiyán pero con un gobierno autoproclamado independiente apoyado económicamente por Armenia, Artsaj. La población es de mayoría armenia, sin embargo, en 2020 ocurrió una gran diáspora por la invasión de tropas azeríes cobrándose miles de vidas. Las disputas, en principio nacionalistas, ocurrieron al momento de la disolución de la Unión Soviética en 1991. Con el tiempo, los intereses por esa tierra se multiplicaron debido a factores geopolíticos: proximidad a oleoductos y gasoductos y su ubicación estratégica entre las potencias regionales. Tras la caída de la URSS, ambos países se abalanzaron a controlar los activos soviéticos de guerra.
Claves de análisis desde el Neorrealismo
Para analizar desde el Realismo Estructural, es menester definir cuál es la estructura de poder regional y cómo impacta dicha estructura en las dinámicas del conflicto, además de sus posiciones en los intereses de seguridad, relacionándose con otros actores implicados.
Es relevante tomar como foco principal los intereses estratégicos o geopolíticos que perduran en las acciones de ambos gobiernos. Azerbaiyán busca recuperar control sobre Nagorno Karabaj, potestad que Stalin les proveyó en 1924, y recuperar supervisión sobre el corredor del Najicheván, actualmente protegido por fuerzas de paz rusas. Esto le permitiría a Azerbaiyán conectarse con su exclave sin desviar sus rutas por Irán, acción que quiere evitar Armenia, intentando tomar un mayor papel sobre el corredor, ya que existe un gran dilema de seguridad con Rusia, debido a que Putin se refleja en el régimen autócrata de Ilham Alíyev y el gobierno de Erdogan en Turquía. Estados Unidos y la Unión Europea apoyan el control de Ereván en el sector, sin garantía rusa, evitando conexiones a través de Irán. Es importante mencionar que el Zangezur permitiría conectar a China con la Unión Europea, a través de carreteras y ferrocarriles, sumándose al tratado que tiene la Unión Europea con los gasoductos azerbaiyanos.
El exponencial crecimiento económico de Azerbaiyán se dio principalmente por su desarrollo petrolífero y gasífero, con lo que pudieron solventar el desarrollo de sus fuerzas armadas. Su explotación generó rápidamente enormes ingresos, destinados mayoritariamente en inversión armamentística, modernizando el ejército con elementos de guerra de primera generación, en su mayoría comprados a Turquía e Israel. En cambio, Armenia se encuentra en la austeridad, solventando su autoayuda con menos recursos. Esta comparación puede verse reflejada en la siguiente cita: “(…) lo que distingue esencialmente a las unidades es su capacidad material para llevar a cabo tareas similares. Los recursos materiales de poder son características de las unidades, pero la distribución global de capacidades o recursos, constituye una característica sistémica” (Peñín, 2017).
El dilema de Armenia con el futuro accionar de Rusia, nos lleva a analizar a Waltz, cuando menciona que los estados no se unen al más poderoso por elección, ya que el poder repele y se configura como una amenaza para el resto de los Estados. La dinámica de poder y la lucha por la seguridad y el control territorial reflejan las premisas centrales del neorrealismo, donde la competencia por la influencia define las interacciones entre los estados. La zona es de seguridad compleja, tanto por su conflicto, como por el Medio Oriente y la guerra de Ucrania y Rusia. Azerbaiyán busca incrementar su poder e intenta debilitar a Armenia para siempre. Armenia quiere actuar con cautela, mantenerse equidistante para evitar que escale aún más la competencia armamentística.
Su población pide constantemente cese al fuego, incluso que se firme un acuerdo poco beneficioso para ellos; tal como dice Waltz, el principal interés de los actores es mantener su posición dentro del sistema y en este caso Armenia busca no ser completamente aniquilado. Si bien existe cierta cooperación para la paz, el fin de Azerbaiyán es seguir avanzando con su mayor poder tangible. Desde el primer estallido, existieron varios intentos de mediación internacional liderados por Rusia, sin embargo, la paz duradera pende de un hilo. Podemos observar cómo el sistema internacional carece de posibilidades de responder a las necesidades de las poblaciones, dado su carácter anárquico.
Conclusión
El conflicto de Nagorno Karabaj es un claro ejemplo de cómo las teorías del Neorrealismo pueden aplicarse para entender las complejas dinámicas de poder en las relaciones internacionales. La lucha por el control territorial, la seguridad nacional y la influencia geopolítica refleja la constante búsqueda de equilibrio de poder que caracteriza al sistema internacional anárquico. A pesar de los esfuerzos de mediación y los intentos de cese al fuego, la paz duradera sigue siendo elusiva, evidenciando la necesidad de una solución más estructurada y cooperativa que atienda no solo a los intereses estatales, sino también a las necesidades y seguridad de las poblaciones afectadas.
En los últimos días, se intensificaron las tensiones dentro de Armenia por las protestas en contra de las cesiones territoriales a Azerbaiyán como parte de las negociaciones de paz. Estos movimientos opositores, causaron que se arresten a casi 300 manifestantes. El futuro sigue siendo incierto, pero es imperativo que la comunidad internacional se involucre activamente para promover una resolución pacífica y duradera que garantice la estabilidad y el bienestar de la región del Cáucaso.
Bibliografía
- Del Arenal, C. (2015). Teorías de las Relaciones Internacionales. Madrid: TECNOS. Capítulo II