Seguridad internacional en el sur global

Por Maria Florencia Nuñez

Según Rosencrance, el mundo es anárquico, y hay tres métodos mediante los cuales se puede regular esta anarquía: el tradicional equilibrio de poder, la disuasión nuclear mutua y el concierto de poderes[1].  Actualmente y desde la Guerra Fría, puede aseverarse que, la ONU representa un concierto de poderes donde las cinco principales potencias ejercen el control de la paz y la seguridad internacional; pero que, así mismo, existen lugares donde los equilibrios regionales se dan a partir otros factores, como por ejemplo, la disuasión nuclear en Medio Oriente y en algunas regiones de Asia. A pesar de los intentos de evitar la proliferación de armas nucleares, su poder ha quedado supeditado a las grandes potencias nucleares; lo cual no quita la autonomía desarrollada por otros países (entre ellos Irán, India, Israel). En el presente artículo, se abordará la seguridad internacional, desde las regiones del llamado “sur global”.

Previo al análisis, es dable entender que “Las relaciones internacionales no son objetivas como un océano, pero tampoco son mera subjetividad como un sueño; de tal manera que el significado que se le da a la acción humana no es meramente descriptivo sino constitutivo, pues el proceso mismo de interpretación las constituye como referentes sociales: el proceso requiere interpretación[2]. Partiendo de este marco teórico constructivista, analizar la región como fundante de una determinada política se vuelve fundamental. Como se verá, cada una de estas regiones, han tratado las cuestiones internacionales de manera diferente, por lo que comprender la región, es un requisito previo para entender –consecuentemente- la manera en la que han abordado la seguridad internacional.

En relación a África, se trata de un continente donde la mayoría de los países son relativamente “jóvenes”, producto de la descolonización del Siglo XX, y cuyas instituciones han sufrido desestabilizaciones en repetidas oportunidades. Respecto de la agenda de seguridad internacional, según los autores, África se ha convertido en un campo de juego de las grandes potencias. De tal manera que, si bien sigue comprometida con los principales acuerdos multilaterales sobre el desarme nuclear, persiste la pregunta de si los estados africanos “tienen la capacidad operativa y diplomática para cumplir con todas las obligaciones diplomáticas emergentes de tratados relativos a la seguridad internacional[3].

seguridad internacional

La situación latinoamericana

Respecto a América Latina, es una región donde la prohibición de las armas nucleares ha sido una política constante desde los años 1960, lo cual es consecuente a la manera en que se han entablado las relaciones entre los países: en general pacífica y solidaria. Los autores señalan que “En la década de 1990 después de un largo periodo de competencia entre Argentina y Brasil por el dominio de la tecnología nuclear y la consiguiente sospecha internacional sobre los propósitos reales de sus respectivos programas nucleares los dos países decidieron adherirse al Tratado de no proliferación nuclear”. Entender a América Latina, es intentar comprender una región que por momentos se rebela; y por otros, adopta condicionamientos ajenos. América Latina ha sido “colonizada”, sobre todo en su identidad, lo cual como es señalado por las teorías poscoloniales, “el fascismo epistemológico existe bajo la forma de epistemicidio cuya versión más violenta fue la conversión forzada y la supresión de los conocimientos no occidentales llevada a cabo por el colonialismo europeo y que continúa hoy[4].  De manera que, gobiernos que tengan una identidad fuertemente influenciada por las grandes potencias, pueden modificar enormemente los avances creados en materia de seguridad internacional (por ejemplo, paradigmático para el mundo es la ABACC). Trazar una política de seguridad internacional, debe ser a largo plazo independientemente de cuestiones partidarias que incidan en la promoción de determinada política. Si bien en general “América Latina ha sido participativa, y ha logrado grandes avances, (…) ello no quita que la crisis del multilateralismo y los acontecimientos internos pueden obstaculizar estos procesos[5].

En relación a Medio Oriente, las dos barreras claves en la adopción de una prohibición Regional de las armas nucleares son: “en primer término, las grandes potencias que rechazaron el TPAN están profundamente involucradas en medio oriente a través de la geopolítica regional, en segundo lugar,  los numerosos conflictos activos en la región que afectan a todos los países del medio oriente (involucra actores estatales como no estatales)[6]. Entender Medio Oriente implica comprender religión, historia y sentidos; lo que genera que para estabilizar Oriente medio y adoptar normas globales de no proliferación, es necesario garantizar la rendición de cuentas y la responsabilidad entre los estados para atenuar las hostilidades regionales “esto se puede lograr si los países se dan cuenta de que un mecanismo colectivo de seguridad regional contribuirá más a la seguridad Nacional de cada uno y ayudará a reducir la dependencia de las grandes potencias”[7].

 

Conclusiones sobre la seguridad internacional

Por último, el contexto y la comparación de la experiencia del sur de Asia es muy importante. Los países asiáticos, han sido críticos respecto del rol de la seguridad internacional en paralelo a las armas nucleares. Es interesante cómo, de la misma manera que Gandhi llevó a la independencia india, actualmente pueden entreverarse procesos que denotan la autonomía para los países asiáticos. En este sentido, “la oposición India al TNP ha estado inserta en una lógica normativa más amplia que destaca que el efecto del tratado por diseño y por defecto fue generar una estructura dicotómica de dos niveles de ricos y pobres nucleares.  la definición de un estado poseedor de armas nucleares supeditada la realización de un ensayo nuclear antes de 1967 fue particularmente cuestionada y la posición de la India fue desafiar esta premisa central[8].

En conclusión, en un mundo anárquico, regular la seguridad internacional –en particular, la nuclear-, es clave. Sin embargo, en las regulaciones deben tenerse en cuenta las identidades, temores e historias de cada región. Así, sólo teniendo en cuenta dichas especificidades podrá realizarse una tarea regulatoria propicia que genere seguridad de verdad.

 

 

[1] Rosecrance, R. (1992). A new concert of powers. Foreign Affairs, 71(2), 64-82.

[2] Santa Cruz, A. (2013). Constructivismo. En T. Legler, A. Santa Cruz, & L. Zamudio (Eds.), Introducción a las Relaciones Internacionales. México: Oxford University Press.

[3] “Abrahamsen, R., & Sandor, A. (2018). The global South and international security. The Oxford handbook of international security, 1-18”

[4] Fonseca, M., & Jerrems, A. (2012). Pensamiento decolonial: ¿Una “nueva” apuesta en las relaciones internacionales? Relaciones Internacionales, 19, 103-121.

[5] Cit ut supra

[6] Cit ut supra

[7] Cit ut supra

[8] Cit ut supra

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