Al nacer el Imperio Ruso ya era un hegemón, esto es por sus condiciones territoriales y su población. También se encontraron las tradiciones militares más desconocidas por Europa, lo que generaba grandes niveles de miedo durante el renacimiento. Durante el siglo XIX, los europeos apostaban a fortalecer al Imperio Otomano con tal de que sea un freno contra la amenaza Rusa.
Los cambios del mundo
Con el fin de la época Soviética, se da un cambio histórico, el hegemón perdió su estatus. Su poderío militar no era lo que fue y el prestigio que tenía estaba por el suelo.
Este cambio en la balanza de poder del mundo bipolar fue provocado, no solo por la disolución de la Unión de Repúblicas Soviéticas (UR SS), sino por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Para 1991, se rompe el statu quo que regía en el mundo desde 1945. La URSS desapareció del escenario global y con ella el telón de acero sobre Europa. Así, los países que en antaño estaban presionados por el gobierno soviético comenzaron su breve transición al moderno Estado de Derecho occidental.
Con esta transición llega el momento oportuno para los bloques de integración que sobrevivieron la guerra fría, la Unión Europea en lo económico y la OTAN en lo militar.
Como un camino casi predestinado, los países que se unían a la Unión Europea terminaban uniéndose a la OTAN. Ante esto la heredera de la URSS, Rusia, no actuó en consecuencia debido a su aislamiento.
Para finales del siglo XX, la OTAN se había hecho con el control de casi toda Europa y en Rusia el aislamiento se termina con la llegada de Vladimir Putin.
En el mundo
El panorama mundial para Rusia era totalmente diferente. Europa oriental estaba fuertemente influenciada por Estados Unidos. Respondiendo a una política de contención norteamericana a Rusia, se trabajó en establecer bases militares de OTAN cerca de la zona de influencia Rusa. Estados Unidos llevó a cabo estas políticas por su dificultad para proyectar su poder debido a las grandes masas de agua, tal y como lo plantea John Mearsheimer en “La Tragedia de los Grandes Poderes Políticos”.
Así el statu quo a comienzo del siglo XXI: el dominio de Estados Unidos a través de OTAN en el mundo. Esto se da por el cambio que tuvo que pasar OTAN en la nueva estructura mundial. Ahora se plantea como una herramienta de EEUU para contener a los Estados con potencialidad de hegemón.
Sin embargo esta situación entró en jaque con el proceso de integración de Ucrania en la Unión Europea en 2013. Este momento fue clave, como la década de los 90’, ingresar al bloque Europeo implicaba formar parte de OTAN y Rusia no se podía permitir tener a los aliados de Estados Unidos en su patio trasero.
Los cambios en Moscú
La actitud Rusa toma la iniciativa con la llegada de Vladimir Putin. Se reactivó la economía y la participación Rusa en el mundo se hizo más visible.
Entre los hitos más importantes previos a la crisis en Ucrania, se encuentra la creación del BRICS y el acercamiento de Putin a las conciertos internacionales, en especial a los Europeos.
Al poco tiempo de que Putin asumiera su 3er presidencia, en el país vecino de Ucrania comienzan los procesos de integración en la Unión Europea. Este hecho llama la atención Rusa, la cual inmediatamente interviene presionando al gobierno ucraniano provocando el euromaidan. A partir de ese momento la tensión crece en la país eslavo, se vuelven las negociaciones para ingresar a la Unión Europea, por lo que Rusia decide movilizar su ejército a la frontera y anexiona la península de Crimea.
Esto provocó un gran revuelo en el mundo. Se le aplicaron sanciones económicas a Rusia si no se retiraba de Crimea y de la frontera.
A pesar de todo, la política Rusa se mantuvo. Así mismo los Oblasts de Lugansk y Donetsk en Ucrania, se declararon como parte de Rusia y así comenzó el conflicto armado entre grupos pro-rusos y los pro-ucranianos.
El equilibrio de poder
Con este desarrollo histórico de sucesos a partir de la caída de la URSS, buscamos traer el concepto de “equilibrio de poder”. Nos ayuda a entender cómo el actuar de los Estados siempre está en consonancia con dicho concepto, sin embargo se busca siempre generar que el país termine con un mayor beneficio en términos de poder militar relativo. A pesar de ello en la actualidad, es difícil que un Estado pueda conseguir individualmente más poder militar relativo con la presencia de un hegemón militar como lo es Estados Unidos.
Pero esta diferencia de poder no genera el miedo necesario para evitar que los Estados actúen en búsqueda de romper el balance de poder, debido a la existencia de tres elementos: las grandes masas de agua (ya nombradas anteriormente), la existencia de armas nucleares y el mundo unipolar. Esta visión es establecida por Mearsheimer como elementos reductores del miedo. Rusia es un país que tiene armas nucleares, por lo que no le teme a Estados Unidos por su armamento nuclear. Los océanos pacífico y atlántico provocan una gran disminución del miedo; y el dominio militar del mundo de Norteamérica ha establecido un sistema unipolar, que según Mearsheimer es el que genera menos miedo entre los Estados.
Desde la perspectiva del realismo ofensivo, la OTAN se plantea como una institución creada a favor de los intereses nacionales de EEUU y es por ello que a partir de 1991 actúa en forma de contención de los Estados potenciales rivales de la hegemonía norteamericana. La intención en su política de expansión de la alianza sobre los países antiguamente bajo el telón de acero, fue una forma de aumentar el miedo entre los países más allá del atlántico y pacífico.
A partir de 1994, los países de la ex-URSS y la ex-Yugoslavia firmaron con la OTAN, la Asociación por la Paz. La intención era dar confianza a viejos enemigos de que no iba a realizarse ningún enfrentamiento entre ellos. Sin embargo siguiendo la teoría del Realismo ofensivo, nunca se puede tener la total certeza de las actuaciones de otros Estados.
Esto se puede ver, con el actuar de Rusia en crisis Ucraniana. A pesar de las actividades militares realizadas en conjunto con OTAN, el gigante ruso se sintió amenazado con la posibilidad de que su vecino formara parte de la alianza encabezada por Estados Unidos.
La OTAN es, según la visión Rusa, un elemento de remoción del statu quo. Esto se debe a que fue una herramienta de EEUU para cambiar el balance de poder a su favor, cristalizándose en el cambio de sistema mundial.
¿Qué debe hacer Rusia?
Este accionar se realiza para cambiar los niveles de miedo en los Norteamericanos, sin embargo para Rusia solo aumentó su incertidumbre hasta el momento clave en noviembre de 2013. Acá se plantea la situación del accionar Ruso, ¿qué debería hacer el Estado más grande del mundo? La respuesta es clara, redistribuir la balanza de poder en su favor, sin embargo la situación mundial se lo impide. La clara cercanía y mejorar el BRICS es clave para Rusia y sus planes a futuro en el mundo y la necesidad de acercarse a los países de América Latina.
En búsqueda de un cambio
Durante la década de los 90’, Rusia tuvo que enfocarse en reestructurarse internamente y que llegue al gobierno un político competente para levantar al gigante.
Con la llegada de Putin, el país se vió en la condición para volver a poner el equilibrio de poder a la misma forma que estaba durante la guerra fría. Balance que fue removido por OTAN a partir del 1991, más que nada en las guerras de Yugoslavia donde Rusia no actuó ni pudo hacerlo, debido a occidente.
Así la mejor situación para Rusia sería buscar desestabilizar al consejo de OTAN y la distribución de poder dentro de la organización. Esto se puede ver como una movida muy sutil y puramente política. Sin embargo se vislumbra cierta influencia Rusa sobre el actual presidente estadounidense Donald Trump, el cual en su campaña electoral prometió que exigiría a los miembros de la OTAN que aumenten su gasto militar. Los miembros de la alianza no vieron bien esta propuesta, ya que países como España no se pueden dar ese lujo debido a los efectos de la crisis del 2008 y su nivel de desempleo.
A pesar que luego de la elección de Trump no llegó a cumplir tal objetivo, su política de proteccionismo ha llevado a EEUU a retirarse de los grandes escenarios del mundo dejando vacíos del poder que los puede llenar con facilidad Rusia.
Teniendo en cuenta que en 2010 se habló dentro del consejo de OTAN – Rusia la posibilidad de que el país se uniera a la alianza, esta opción no es óptima dentro del realismo ya que aumentaría la parte de poder de EEUU en el mundo, permitiéndole tener el control completo alrededor de China.
La mejor apuesta para Rusia es que EEUU profundice su aislamiento por tener políticos poco prudentes, afianzar su alianza con China y aumentar su visibilidad militar en el mundo demostrando su parte en la balanza del poder.
Bibliografía:
“The Tragedy of Great Power Politics”, John J. Mearsheimer
“The false Promise of International Institutions”, John J. Mearsheimer
En Coautoria:
Cap. Alejandro Agustín Fernández: Aviador Militar – Licenciado en Sistemas Aéreos y Aeroespaciales.
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