Tras un clima escabroso, iniciado principalmente por las elecciones de noviembre del 2021, en donde los argentinos retornaron a las urnas para renovar la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado de la Nación, y tras el reciente discurso político del gobernador Schiaretti, en la apertura legislativa, cabe preguntarse:
¿Qué está sucediendo en el Partido Justicialista?
Para adentrarse a una posible respuesta, es preciso aludir aquella disputa cívica-electoral, que arrojó como resultados, los siguientes datos: a nivel Nacional la oposición con su coalición, Juntos por el Cambio, obtuvo el 41,89%; en segundo lugar disputaba la fuerza del oficialismo, el Frente de Todos, con el 33,03%; por su parte los partidos provinciales alcanzaron un 6,69%. En el contexto local, Córdoba, los resultados fueron tal como se preveían tras las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO): la fuerza de coalición, Juntos por el Cambio, logró su victoria con más del 54% de los votos; y detrás de ese frente se presenta la fuerza local comandada por el actual gobernador Juan Schiaretti, Hacemos
por Córdoba, con el 25% para ambas Cámaras, mientras que el Frente de Todos, quedó relegado a un tercer lugar con el 10,48%-10,47%.
Si hacemos de análisis, en clave comparativa respecto a Provincia y Nación, encontramos que singularmente el Frente de Todos logró recabar 30 puntos en Buenos Aires, estableciendo una radical diferencia en el caso de la provincia de Córdoba que obtuvo solo 10. Este resultado refleja en el sistema político argentino, lo que en la Ciencia Política se denomina como el fenómeno de la territorialización, la cual recae en una desnacionalización de la política argentina, suceso que se deja ver en la conformación del PJ en Córdoba, con respecto a Nación. Pues, en el primero se conforma por la política de “Hacemos por Córdoba”, dejando al FDT como una lista disidente del Partido Justicialista; mientras que a nivel Nacional, aquel estaría representado oficialmente por el Frente de Todos.
Consecuencias del fenómeno de territorialización
En este contexto, la territorialización complejiza el terreno de la política federal, puesto que solo dificulta notablemente la posibilidad del gobierno nacional de construir alianzas multinivel -que le otorgarían estabilidad- con sus pares peronistas, pues ello es un claro ejemplo de lo que sucede actualmente.
El hecho de que la territorialización desemboque en una desnacionalización, explica la fluctuación del porcentaje de votos obtenidos por el PJ nacional a lo largo y ancho del territorio: destacándose considerablemente como la performance electoral provincial respectiva, difiere notablemente a la media nacional del oficialismo, suceso que acaece cuando persiste un “debilitamiento de las etiquetas partidarias”, resalta Marcelo Leiras.
En este sentido, es posible visualizar entonces a un peronismo corrompido, entre dos distritos reveladores electoralmente. Lo cual trae consecuencias muy duras para el Partido Justicialista Nacional, entre las que se destaca particularmente la pérdida del quórum propio, con el que anhelaba el Frente de Todos. Puesto que se verá demasiado complejizado el camino fácil con que anteriormente disponía para desplegar su programa de gobierno, habiendo perdido mayoría.
No obstante, vale destacar que esta fragmentación partidaria es algo que comúnmente puede desplegarse en un federalismo como el de Argentina, en donde las provincias son muy fuertes políticamente, es decir disponen de una vigorosa autonomía política con referencia al gobierno central que va aún más allá de lo que prescribe el art. 121 de la CN: “Las provincias conservan todo el poder no delegado por esta Constitución al Gobierno Federal, y el que expresamente se hayan reservado por pactos especiales al tiempo de su incorporación”… puesto que cada una de ellas tiene sus propias leyes constitucionales, el dominio propio sobre los recursos naturales existentes en su territorio, un sistema impositivo propio, entre otros muchos recursos.
Además, los gobiernos provinciales poseen una formidable relevancia administrativa, pues la participación en el total del gasto público, es un efectivo indicativo del poder que tienen.
Incluso los gobernadores, y sobre todo en distritos peronistas, se caracterizan políticamente por disponer de suficiente poder, como para delinearse líderes subnacionales de su partidos políticos, hecho que acaece en la provincia de Córdoba: basta con dirigir la mirada al gobernador Juan Schiaretti para comprobar su camino a delinearse cómo líder del Partido Justicialista a nivel provincial, llegando a producir un profundo control de lo que sucede y pueda producirse en el interior del partido.
Provincialización
El peronismo cordobés claramente no es de tinte nacional, sino exclusivamente provincial, pues la frase que caracteriza actualmente a Córdoba como la “rebelde” no es más que el intenso provincialismo aclamado por el gobernador Juan Schiaretti: el mismo que dio como resultado, la derrota de la mayoría en el congreso, del peronismo nacional. Con todo, podemos decir efectivamente que el peronismo está dividido, de hecho sus ofertas y los intereses que representan difieren considerablemente, en tanto y en cuanto el electorado del peronismo cordobés no es el mismo que el nacional.
Lo cierto es que en un territorio desnacionalizado las alianzas electorales son difíciles de sostener, aunque ello depende también de si los líderes nacionales establecen o no, incentivos institucionales que aseguren alianzas con respecto a los gobernadores del mismo ideario político. Cuando ello no ocurre, provincias como Córdoba tienden a encerrarse a sí mismas y llevar a cabo un liderazgo propio, configurándose como ámbitos de identificación política singular, “Cordobesismo”. Circunstancia que no afecta políticamente a la gobierno subnacional, pues la existencia de esta fragmentación partidaria entre Nación y provincia, favorece al gobierno subnacional actual, ya que ello sostiene su electorado en el distrito, basta con remitirse a un breve pasaje histórico de los resultados electorales para dar cuenta que en Córdoba la fuerza ganadora desde el 2008 hasta ahora, es el antikirchnerismo.
Conclusión
Cabe decir que Córdoba, sigue haciendo propio -como lo hizo en la Reforma Universitaria (1918) y el Cordobazo (1969)- el adjetivo “la rebelde”, puesto que se presenta como la provincia que mayor protagonismo cobra en la desnacionalización de la política Argentina, no solo en cuanto a los resultados electorales, sino también en tanto busca establecer una identidad política propia.
Bibliografía utilizada:
Alessandro, Martin (2014) “Relaciones intergubernamentales y partidos políticos: reexaminando el vínculo entre centralización estatal y nacionalización partidaria en la Argentina”
Cherny, N., Figueroa, V.,Scherlis, G. (2018) “¿Quién nomina a los legisladores? La conformación de las listas de candidatos para la Cámara de Diputados en Argentina”.
Galvan, Facundo Gabriel (2011) “¿El sello importa? El rol partidario de los ejecutivos nacionales y provinciales a la luz de las listas peronistas disidentes (1989-2009)”
Leiras, Marcelo (2013), “Las contradicciones aparentes del federalismo argentino y sus consecuencias políticas y sociales”.
Leiras, Marcelo (2007). Todos los caballos del Rey. La integración de los partidos políticos en el gobierno democrático de la Argentina, 1995-2003.
Zarazaga, Rodrigo (2019) “Todos unidos triunfaremos”. Nuevas dificultades para la unidad electoral peronista.
https://www.infobae.com/elecciones-argentina/
https://www.eldiarioar.com/politica/elecciones-2021/cordoba-patria-cordobesismo-schiaretti-sota-territorio-hostil-alberto-fernandez-cristina-kirchner_130_8492079.htm
Autor: Barotto Yesica: Estudiante avanzada de Lic. Ciencia Política, y Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba.
Certificada en Políticas Energéticas, Cambio Climático Cooperación Internacional- en Gestión y Diseño de Políticas Ambientales- Desarrollo Sostenible en Municipios.
Interesada en el Sistema Político Electoral Nacional, el constitucionalismo argentino, la cooperación internacional y todo aquello que sea en materia medioambiental.