Por Nuñez Fiochi María Florencia
Parece que la era de Maduro está llegando a su fin. Los efectos del gobierno de Venezuela, son visibles para cualquier persona que se interese en la situación; y sobre todo, para quienes vivimos en América Latina. Tal vez algún lector, tuvo la oportunidad de dialogar con un venezolano que le comentó de la inseguridad de Venezuela, o con alguna venezolana que le comentó de la falta de comida en los supermercados. Al fin, la migración masiva ante las nefastas consecuencias de quien arrogantemente cree que puede ir en contra de las leyes de la economía, impactó increíblemente –y sobre todo- en los países de la región. Pero ¿Cómo empiezan las dictaduras? ¿Cuáles son las características de una dictadura? ¿Cuáles son los mecanismos con los que se quedan en el poder?
Surgimiento y Naturaleza de la Servidumbre
El libro Camino de Servidumbre de Hayek, comienza con dos citas, una de ellas “habría amado la libertad, creo yo, en cualquier época, pero en los tiempos en que vivimos me siento inclinado a adorarla” de A. de Tocqueville. Escrita hace mucho tiempo, se hace enteramente aplicable al régimen de Maduro.
La esencia de las dictaduras radica en la concentración desmedida del poder en manos de un individuo o un grupo reducido, respaldado por la coerción estatal. Esta concentración de poder se justifica a menudo en nombre del orden, la seguridad nacional o la preservación de los valores tradicionales, pero en la práctica sirve como instrumento para aplastar cualquier forma de disidencia y oposición. Por eso, la mayoría de las veces, es difícil preguntarse cuándo fue que comenzó el régimen, cuando las sociedades creyeron en el líder, o cuando el líder fue comiendo de a poco las esperanzas de los habitantes.
Impacto Sociopolítico de las Dictaduras
Las dictaduras tienden a moldear la sociedad a su imagen y semejanza, instaurando un clima de temor y desconfianza que sofoca la expresión libre y el debate público. La represión política, la censura de los medios de comunicación y la persecución de disidentes son las herramientas usuales para mantener el control sobre la población. Esta represión no solo cercena las libertades individuales, sino que también fragmenta la cohesión social, sembrando la desconfianza y el resentimiento entre los ciudadanos.
Impacto Económico y Cultural
Económicamente, hemos visto que las dictaduras pueden llevar al estancamiento y en el caso de Venezuela, incluso al colapso de las economías nacionales. La corrupción rampante, el nepotismo y la falta de transparencia institucional de Venezuela ahogan la innovación y el crecimiento económico sostenible. Además, el control estatal sobre los recursos y los medios de producción suele beneficiar a una élite privilegiada a expensas de la mayoría empobrecida. Culturalmente, las dictaduras imponen una narrativa única y uniforme que busca homogeneizar la identidad nacional a través del adoctrinamiento y la propaganda, ahogando la diversidad y la creatividad.
Partido Socialista Unido de Venezuela
En el libro mencionado anteriormente, Camino de Servidumbre, Hayek refiere “socialismo significa abolición de la empresa privada y de la propiedad privada de los medios de producción y creación de un sistema de economía planificada, en el cual el empresario que actúa en busca de un beneficio es reemplazado por un organismo central de planificación”. En este sentido, el partido en cuestión fue fundado en el año 2008 por Hugo Chávez, con base a distintas corrientes ideológicas; y especialmente creado para aglutinar lo comenzado ya en el pasado por Hugo Chávez, a través de su llamado “revolución bolivariana”.
Fueron recurrentes los ejemplos violatorios de la propiedad privada por parte del régimen chavista, que continuaron con el régimen de Maduro. En el libro de Hayek que se hace mención, la existencia del derecho de propiedad, al contrario de lo que Chávez creía, constituye uno de los mayores fundamentos para el crecimiento de cualquier país, porque sin instituciones estables; nadie asume el riesgo de invertir.
En relación a ello, cabe destacar que previo a la fundación del Partido Socialista Unido de Venezuela, en el año 2001, ya el Sr. Hugo Chávez, había promulgado cuarenta y nueve leyes sobre la administración de tierras, gracias a una habilitación de la Asamblea Nacional, en el marco de su plataforma llamada como Revolución bolivariana, generando conflictos con la oposición. Con esta medida, unas 8.500 hectáreas, fueron declaradas como baldías y pasaron a propiedad del estado. En definitiva, para Chávez “la propiedad privada no es sagrada” para su gobierno y lanzó la supuesta recuperación de la tierra que él considera improductiva.
Otra medida, ya durante el régimen de Nicolás Maduro, fue la llamada “El Dakazo”, que consistió en una serie de acciones tomadas por el gobierno venezolano forzando a las tiendas de electrodomésticos principalmente Daka, a vender productos a precios mucho más bajos el 8 de noviembre de 2013, semanas antes de las elecciones municipales ese mismo año y un mes antes de Navidad. Los cambios de precios ayudaron a que el partido gobernante, el PSUV, ganaran algunas de la elecciones municipales, pero causaron saqueos y escasez de productos en los siguientes meses.
Como sostiene la organización Nuso, sin embargo, no fueron las únicas medidas, “ya bastante afectada por la insuficiencia de materias primas y bienes de capital importados y por un inadecuado diseño de la política cambiaria, la capacidad para ofrecer bienes y servicios del sector productivo de la economía venezolana ha sido sensiblemente lastimada por la asfixia regulatoria y la propensión confiscatoria de medios de producción asociadas al proyecto socialista de la Revolución Bolivariana”.
Estas afrentas a la propiedad privada, deben realizarse en un marco donde no exista la oposición, para poder ejecutar justamente las políticas en cuestión. Al respecto, “Los escritores franceses que construyeron los fundamentos del socialismo moderno sabían, sin lugar a dudas, que sus ideas sólo podían llevarse a la práctica mediante un fuerte gobierno dictatorial”. En este sentido, en 2005, los partidos chavistas consiguieron el control de casi todas las gobernaciones de Venezuela y de la Asamblea Nacional, elecciones a las cuales la oposición no acudió alegando «falta de garantías». A posterior de ello, no debemos olvidar que se llevó a cabo la reforma del propio sistema judicial venezolano, y se opacó todo el papel de la disidencia.
¿Una vuelta a la democracia en Venezuela?
Afortunadamente, el régimen de Maduro parece estar llegando a su fin. La esperanza ha llegado para los habitantes del mundo, donde en las próximas elecciones venezolanas, si bien la mayor opositora de Maduro, Corina Machado, no podrá estar en la boleta al estar inhabilitada. No obstante, la mencionada Corina Machado, realizó un acuerdo político entre amplios sectores de la oposición, enfrentada durante años por la disputa de qué camino elegir para derrotar al chavismo, y actualmente lo ocupa Edmundo González, un exdiplomático poco conocido entre el gran público al que incluso sorprendió que le hayan permitido registrarse.
Conclusiones
Las dictaduras, con su opresión y su arbitrariedad, representan una negación de la dignidad humana y los derechos fundamentales. Sin embargo, no debe pensarse que surgen repentinamente. La exaltación de un líder por encima de las instituciones, la pérdida de libertad a favor de dicho líder y el afán de este para ir controlando cada vez mayores esferas de la vida humana; al final van de la mano. Por eso, la pregunta que debe realizarse en cualquier país es si se desea ser libre o un siervo. Para ser libre, se requerirá el propósito, la determinación y la existencia de instituciones que permitan la inteligencia humana desarrollarse. No obstante, para ser un siervo, sólo se necesitará descansar los deseos en un líder que se definirá a sí mismo como infalible pero terminará demostrando –una vez más- su fatal arrogancia.