Venezuela no se vive, se sobrevive

Venezuela, uno de los países más rico en reservas de petróleo en el mundo, hoy vive la peor crisis económica, política y social de su historia. Con cifras alarmantes, desde hace más de tres años, presenta un desabastecimiento de productos básicos necesarios en la vida cotidiana, como alimentos, insumos de higiene y limpieza, y medicamentos, entre otros, agravando la crisis social y favoreciendo la crisis política.


 

¿A quién culpar?

El pueblo venezolano está sufriendo las consecuencias de las decisiones y medidas políticas tomadas por el gobierno a lo largo de la última década y media, que lejos de llevar al desarrollo de Venezuela, ha logrado deteriorar todas sus instituciones. Si bien el estado actual del país es complejo, en este artículo vamos a centrarnos más puntualmente en el aspecto económico y humanitario de la crisis.

Muchos culpan al partido opositor por sus intentos de desestabilización del partido actual que siempre terminaron en actos de violencia, incrementando la inestabilidad política y económica; algunos al presidente Nicolás Maduro por ser un líder mucho menos carismático que Hugo Chávez; otros hacen responsable al legado de este último; pero el origen del conflicto económico radica en antecedentes mucho más profundos.

El problema estructural de esta crisis reside en las medidas económicas que tomó el gobierno, que aunque hayan estado inspiradas en buenas intenciones, no funcionaron bien para Venezuela. En los últimos años Venezuela pasó de tener una economía coordinada por precios a una economía centralizada, en la que el Estado a través de una mayor intervención en la sociedad busco más igualdad entre sus ciudadanos.

El principio de la caída de la economía venezolana radica en la crisis petrolera mundial iniciada en 2014. La industria nacional Venezolana estaba basada en un 90% en la producción y exportación de petróleo, consecuencia en parte de la expropiación de empresas privadas por parte del estado. Aquí un dato curioso que no pierde relevancia es que las empresas petroleras, como PDVSA (compañía estatal) no solo se ocupaban de extraer y comercializar el petróleo sino que también eran las encargadas de importar alimentos y productos básicos. Con su caída, también caen las importaciones de estos bienes esenciales.

El hambre en Venezuela

Otros agravantes fueron; la gran cantidad de dinero destinado a políticas sociales, las cuales no se llegaba a cubrir con la recaudación de impuestos y las ventas de petróleo; y establecer un precio fijo y “justo” a los alimentos de primera necesidad con el fin de que todos los venezolanos pudieran acceder a una canasta básica familiar y buscando además que la moneda nacional se fortaleciera con respecto al dólar.

Los precios se convirtieron en cifras absurdas, y los productores empezaron a quebrar o a trasladar sus industrias a otros países en los que la producción fuera rentable, dejando como resultado la caída de la producción nacional. De lo que quedó, gran parte fue expropiada ya sea por conveniencia del estado o porque había que subsidiar los costos de producción para la mantención de los precios justos. No obstante, el Estado no poseía la información necesaria para administrar estas empresas y tomar decisiones eficientes, y a su vez estaba la creciente incertidumbre en cuanto a la situación económica del país porque los precios ya no informaban sobre el estado en el que éste se encontraba. Los organismos encargados de recolectar estos datos habían sido abolidos por el estado y la corrupción del mismo con el fin de ocultar la información.

El gobierno no tenía ni dinero ni capacidad de conseguirlo ya que la empresa privada era casi inexistente por ende, aunque aumentara los impuestos, no había quien fuera a pagarlos. En consecuencia y como última salida empezó a imprimir más dinero, generando que haya más billetes en circulación pero la misma cantidad de bienes en el mercado, produciendo así la tan conocida Inflación que en la actualidad ha alcanzado un valor del 1600% en el país siendo la más alta del mundo y posteriormente la devaluación de la moneda.

 

 

Otra medida económica relevante es la creación de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) por parte del gobierno para acabar con la guerra económica y garantizar la alimentación del pueblo venezolano. Cada comité de abastecimiento está compuesto por cuatro pilares: Unión Nacional de Mujeres (UnaMujer), Unidad de Batalla Bolívar-Chávez (Ubch), Frente Francisco de Miranda (FFM) y los distintos consejos comunales de cada entidad. Esta organización hace censos en un territorio determinado para establecer cuánto alimento hay que llevar a esas comunidades. En la realidad, los CLAPs son completamente ineficientes y corruptos, y no han provisto de ayuda al pueblo venezolano.

Un gobierno que desaprovecha oportunidades y un pueblo que busca soluciones

Como resultado, Venezuela en vez de economizar recursos como el tiempo, la fuerza humana, el talento, el conocimiento o los bienes materiales primarios y secundarios termina en desperdiciarlos. Tal afirmación también se ve reflejada en la burocratización para el control del dólar, vigilar los procesos de producción, supervisar las importaciones y controlar el comportamiento de los ciudadanos; provocando a su vez mayor ineficiencia en todos los ámbitos.

Cabe destacar que la crisis humanitaria no es causa única del desabastecimiento de alimentos; personas a diario mueren por la falta de medicinas y el deplorable estado de los hospitales. Una gran cantidad de niños están desnutridos y otros mueren por no poder conseguir las medicinas para sus tratamientos.

Recientemente Nicolás Maduro aprobó el decreto de “Estado de excepción y emergencia económica” , el mismo establece la facultad del Poder Ejecutivo para que pueda tomar medidas urgentes, contundentes, excepcionales y necesarias, asegurando siempre que la población pueda gozar de sus derechos, se preserve el orden interno y el acceso a los bienes, alimentos, medicinas y demás productos y servicios. A su vez este decreto permite la restricción de las garantías para determinados derechos constitucionales, salvo los exceptuados en la constitución (derecho a la vida, prohibición de incomunicación o tortura, derecho al debido proceso, derecho a la información, derechos humanos, entre otros). También podrá diseñar y ejecutar planes de seguridad pública que hagan frente a las acciones desestabilizadoras que atentan contra la preservación de la paz en el país, la seguridad individual y el resguardo de los bienes públicos y privados.

Una inflación sin precedentes, el cierre de las importaciones, la fuga de capitales, el aumento de la deuda externa, la brutal caída del PBI, la devaluación de la moneda, la brecha cada vez más grande entre los tipos oficiales y no oficiales de cambio, largas y constantes colas en los supermercados subsidiados, escasez en la mayoría de los bienes de primera necesidad, el mercado negro como única salida, la corrupción, la violencia entre los ciudadanos, el aumento de la pobreza como resultado de la pérdida de poder adquisitivo y del incumplimiento de los planes sociales, la migración de gran parte de la población a otros países, y la represión del pueblo por parte de los organismos estatales, son algunas de las consecuencias que está sufriendo Venezuela en la actualidad.

En conclusión, el estado actual Venezuela es un conjunto de resultados no solo económicos, sino también políticos y sociales que son igual de relevantes. Su situación de crisis ha sido reconocida por la sociedad internacional, intentando ayudar por medio de los organismos internacionales . Sin embargo el gobierno venezolano reconoce dificultades pero niega la gravedad de la situación y cualquier ayuda humanitaria, viendo las sugerencias de las instituciones internacionales como medidas de desestabilización a su gobierno. La crisis alimentaria es tan grave que ha llevado a su población a la desesperación, con saqueos y agresiones entre los propios ciudadanos, la gente ya no recuerda cuándo comenzó esto que hoy se ha vuelto una costumbre.

La alimentación, la medicina, los hospitales y la inseguridad se cobran las vidas de los venezolanos a diario y mientras el gobierno siga sin admitir su derrota, ninguna de las medidas que tome servirá para mejorar las condiciones en las que está sometido el pueblo venezolano.

Biografía

  • Pourcelot J. P. (2017) “Venezuela: Volatility persists in parallel market”. Focus Economics
  • (2017) “ONU analizará hoy la situación en Venezuela”. La Tribuna
  • Wilpert G. (2015) “Las raíces de la actual situación en Venezuela”. TeleSur disponible en YouTube.
  • Valery Y. (2016) “Que son los polémicos CLAP, el sistema paralelo de distribución de alimentos del gobierno de Venezuela” . BBC Mundo disponible en YouTube.
  • “Así se vive en Venezuela: hambre y desabastecimiento” por Telenoche disponible en YouTube.
  • “La crisis del hambre en Venezuela” por BBC Mundo disponible en YouTube.

Autora

Valentina Vidal: es estudiante de Relaciones Internacionales – Universidad Empresarial Siglo 21 (UES 21). Miembro de FASTA- Ruca Champaqui.

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