Por Alfonso Lorenzo de Olmos
Tras un incidente que resultó en la muerte de un joven argelino de 17 años a manos de la Policía, las grandes ciudades de Francia han sido víctimas de grandes episodios de violencia de mayor nivel en los últimos días
El incidente que instigó la violencia en el país.
En la noche del martes 27 de Junio, en el noroeste de Paris, un joven argelino de 17 años, Nahel M, conducía su vehículo sin carnet de conducir. Esto llevó a que la policía lo detuviera para realizar un control. Ante ello, Nahel intentó escapar con el vehículo. En ese momento uno de los policías le dispara un tiro, que resultó mortal, a través de la ventanilla del coche, mientras un segundo policía hablaba con él. Este incidente fue grabado a distancia por un testigo anónimo y puso en muestra cómo el disparo se produce cuando el coche acelera.
Nahel murió a causa de las heridas de bala en el tórax. Fue atendido por los servicios de emergencia que no pudieron salvarle la vida. El policía que disparó es un brigadier de 38 años que ha pedido perdón a la familia del joven. Su abogado dice que se encuentra “devastado”, al igual que su familia que piden justicia por el fallecido Nahel.
Este evento dejó en estado de conmoción a toda la sociedad, al igual que por lo que pasó después, en la cual muchas personalidades, desde el plano político hasta el deportivo expresaron sus respectivas posturas.
Las consecuencias del evento
Esto llevó a que París y el resto de las ciudades de Francia, como Marsella, Lyon, Angers y Montpellier fuesen transformadas en campos de batalla por parte de los protestantes y las fuerzas policiales que el presidente Emmanuel Macron envió a detener.
Esto tuvo como resultado, devastadoras consecuencias que se pueden comparar con lo que pasó en los Estados Unidos, tras el asesinato de George Floyd. Dentro de esos resultados, estuvieron las destrucciones e incendios de numerosos edificios (escuelas, librerías, centros de comercio), vehículos (autobuses y autos) e incluso objetos de alto valor.
A su vez, también ha sucedido una serie de ataques e intentos de asesinato hacia personas que no estaban involucradas por lo sucedido a Nahel. Un ejemplo a destacar la violencia en Francia, fue el asalto hacia la casa de un alcalde que era miembro del Partido Republicano, Vincent Jeanbrun, que tuvo lugar durante la semana de los disturbios. El siniestro tuvo como perpetradores un grupo de migrantes ilegales atacando la residencia del alcalde Jeanbrun, quien estaba ausente en su residencia y se encontraban su mujer e hijos de 5 y 7 años. Estos últimos fueron atacados con fuegos artificiales y objetos contundentes.
Tanto su esposa como su hija de 5 años terminaron hospitalizados, mientras que el mayor, de 7, logró conseguir ayuda de policías que estaban en la zona. Imágenes de los medios lo captaron al alcalde horas más tarde saliendo del hospital donde permanecen internados. Ahí expresó su disgusto por lo que ha sucedido y dijo claramente que se ha cruzado una línea.
Las recientes medidas del gobierno ante la violencia actual
Mientras la Policía luchaba en las ciudades de Francia para frenar la ola de violencia, el presidente Macron permitió la aprobación de una nueva ley que concede a la Policía el poder de vigilancia a los ciudadanos desde sus celulares hasta los micrófonos. Esto fue hecho en la sesión del Senado en el día miércoles 5 de julio La Ley N°2141 permitirá entre el período de 2023 y 2027 que la Policía francesa espíe a los ciudadanos bajo sospecha criminal a través de sus teléfonos celulares. En el texto del proyecto, se describen los poderes extraordinarios que pasarán a tener los policías, quienes podrán activar de forma remota la cámara, el micrófono y el GPS de sus teléfonos y otros dispositivos.
Sin embargo, el problema de esta medida está en que cualquier persona puede ser acusada de este tipo de delitos, e inmediatamente la policía francesa pasará a tener el poder de violar completamente sus derechos civiles.
Cualquier uso de la disposición tendrá una duración total de vigilancia que no puede exceder los seis meses sin una orden judicial. Además, se incluyó una enmienda de último momento para proteger “profesiones delicadas”, como médicos, periodistas, abogados, jueces y parlamentarios, que no serán objetivos legítimos sin orden judicial.
Esto tuvo sin lugar a dudas a una serie de preocupaciones por la ley como el think tank derechista La Quadrature du Net, quienes en un comunicado, expresaron en su comunicado sobre el “derecho a la seguridad, el derecho a la vida privada y a la correspondencia privada“.
Sin embargo, el ministro de Justicia de Macron, Éric Dupond-Moretti respondió que “Estamos muy lejos del totalitarismo de 1984“, la novela de George Orwell sobre una sociedad socialista bajo vigilancia total, agregó también que “la vida de las personas será salvada por esta ley“.
Conclusión
Estos recientes episodios de violencia han puesto a Francia en la mira de que es un país cuyos niveles de inseguridad han subido en las últimas dos décadas y ha llevado a numerosas reacciones que dejan a toda su sociedad cada vez más fraccionada.
No solo eso, sino que también gran parte del mundo exterior tema que estos eventos influencien a toda Europa, cosa que ha llegado a pasar estos días en países como Bélgica y Suiza. A su vez, pone en debate una vez más las cuestiones de la seguridad y también sobre como las políticas multiculturales dentro de Occidente están siendo un inevitable fracaso.
Más allá de que la prensa globalista, las Naciones Unidas, la Unión Europea, los grupos de pensamiento de izquierda y demás quieran decir que es lo opuesto y demás, está dando lugar a que la derecha y empiece a ganar más apoyo mediante la creciente frustración de los ciudadanos no solo en Francia. Sino también del resto de la Europa continental, lo que está dejando un posible camino a futuras guerras civiles que podrían ser realidad si la situación continua siendo intolerable. Es solo cuestión de tiempo si se puede evitar un escenario de proporciones devastadoras o no.
